Volkanovski había dividido y dominado la categoría durante varios años, hasta que decidió abandonarla en favor del peso semipesado y de una pelea por el campeonato con Islam Machachev. Sin embargo, perdió ambos enfrentamientos, y entonces también cayó en su reino y cedió el cinturón a Ilia Topuria. El español, sin embargo, decidió dejar vacante su trofeo y subió de categoría, por lo que el australiano pudo volver a luchar por el máximo trofeo de la UFC.
Su oponente fue el brasileño Lopes, y la pelea fue sumamente atractiva. Era Volkanovski quien tenía la sartén por el mango en ella, sin duda lanzaba más golpes, pero la mandíbula de su rival lo aguantaba todo, y encima Lopes era capaz de sorprender con el tiempo y poner en verdaderos apuros al excampeón en más de una ocasión.
Después de cinco asaltos Volkanovski estaba muy maltrecho, pero la cara de su rival tenía aún peor aspecto. Los jueces decidieron el veredicto a favor del australiano, con un voto de un juez 48-47 y dos 49-46 cada uno, lo que le convierte de nuevo en el poseedor del cinturón de la organización de MMA más importante del mundo.
Antes de la pelea de la noche, hubo un combate de altísimo nivel entre el británico Paddy Pimblett y el estadounidense Michael Chandler. Este último apareció en el octágono tras una larga ausencia, a la espera indefinida de una pelea con Conor McGregor. Hasta ahora, el primero ha peleado bastante ante su público en las galas de la UFC en el Reino Unido y no se ha vetado contra un contendiente de peso semipesado de primer nivel.
Esta noche, sin embargo, aguantó la tensión y ofreció un auténtico espectáculo en la prestigiosa gala de Florida. Pimblett demolió por completo a Chandler en un combate impresionante, y en el tercer asalto llegó al dojo y regó de golpes a su rival, tras lo cual el árbitro anunció el final del choque.