El atacante argentino es el último nombre que ha sido vinculado al Atlético, una operación que de momento está en fase preliminar. Las cifras que se están barajando ni siquiera han trascendido aún, pero lo cierto es que el jugador tiene contrato con la Juventus de Turín, adonde llegó por 32 millones de euros hace un año, hasta el 30 de junio de 2029.
Nico ha tenido un papel protagonista con la Vecchia Signora, ya que ha participado en un total de 32 encuentros si se incluye también el Mundial de Clubes. Ese número podría haber sido bastante más elevado de no haberse lesionado a mediados de octubre, una dolencia que impidió participar durante dos meses.
Sus guarismos, cinco goles y cuatro asistencias, tienen poco que ver con los que protagonizó en la Fiorentina el curso anterior (participó entonces en 21 chicharros, siendo el autor de 16 de ellos). Su buen hacer llamó la atención de la escuadra turinesa, que debe decidir si sigue contando con él u opta venderlo. Todo dependerá, claro, de lo que ofrezcan los madrileños.
Los defensas Matteo Ruggeri, Marc Pubill y Dávid Hancko; los centrocampistas Johnny Cardoso, Álex Baena y Thiago Almada; y el delantero Giacomo Raspadori se han unido a las filas del equipo rojiblanco a lo largo de un intenso verano. La amplia lista de incorporaciones demuestra que la entidad del Metropolitano quiere más y que ya no se conforma con ser el tercero en discordia. El próximo en unirse también podría llegar desde Italia, como dos de los refuerzos citados.