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España cierra el mejor Europeo sub-20 de atletismo de su historia

España cierra el mejor Europeo sub-20 de atletismo de su historia
España cierra el mejor Europeo sub-20 de atletismo de su historiaRFEA | Sportmedia
Por primera vez en un campeonato internacional de pista se lograron medallas (14) en casi todas las especialidades: velocidad, mediofondo, fondo, vallas, saltos, lanzamientos, marcha y relevos.

Alejandro Esteban, Hailu Estrampes y Rafael Mahiques (líder continental de la temporada con 77.60) ocupaban el máximo número de plazas permitidas a un país en la final de jabalina; así de sano y diverso es el atletismo español. Alejandro quedó fuera tras los tres primeros intentos (63.84, 64.91 y 64.08). Sí pasaban a la mejora los otros dos, Rafael como segundo (73.77, 72.82 y 67.50) y Hailu séptimo (69.84, 67.60 y nulo). En el cuarto… ¡boom! Rafael se erigía en jefe con un intento de 76.30. Hailu, por su parte, lanzaba 69.27. Los quintos fueron, respectivamente, 71.02 y nulo. En el sexto, Hailu se fue a 64.71, ratificando su séptimo puesto, y el valenciano no llegó a lanzar, pues el alemán Oskar Jänicke (plata con 76.17) no conseguía superarle en su último intento; así que, visiblemente emocionado, se fue a la grada a festejar con los suyos, a disfrutar el momento.

Nuestros chicos en la final de los 3.000 metros obstáculos eran Bakr El Asri, Andrés Lara y Martí Torregosa. Pleno de integrantes en otra de las pruebas fetiche del equipo español. Arrancó a un ritmo exigente (2:53.3). A falta de cuatro vueltas la cosa se estiraba y Bakr cedía mínimamente, mientras Martí controlaba en el grupo de cabeza y Andrés iba apenas unos metros por detrás. Al paso por el 2.000 (5:56.3) casi se habían reagrupado de nuevo, aunque el paquete no terminaba de ser compacto. El último 1.000 fue una constante alternancia en cabeza, con los nuestros delante, pero sin llegar a liderar. Hasta que, a toque de campana, Martí se metió por la gatera de la calle uno y lanzó un ataque larguísimo que no pudo sostener hasta meta, dada la gran respuesta del turco Kiyasettin Kara (oro en 8:43.55, récord nacional). Se colgó la plata con marca personal (8:45.20). Y para respuesta, la de Andrés Lara, que hizo una última ría antológica que le ubicó en una impresionante tercera posición (marca personal de 8:45.53). La mantuvo sin problemas hasta meta. La fiesta la completó Bakr, quinto con PB: 8:49.47.

Iker Moreno, Aarón Gastón, Helio Marco y Óscar Crespo fueron los encargados de poner el punto y final al Europeo sub-20 más exitoso de la historia del atletismo español. Lo hicieron en la final del 4x400… ¡y de qué manera! Iker (47.0), medallista en el 400 vallas, entregó segundo. Aarón (46.59) defendió la plaza. Helio (46.7) hizo lo mismo, tras un coqueteo con el liderato. En la cuarta posta, se nos fue definitivamente República Checa —ganadora con 3:05.79 y récord nacional—, pero Óscar (46.63) supo resistir perfectamente el peligro que venía por detrás (Italia, finalmente bronce, y Alemania) para asegurarse la medalla de plata con un fabuloso récord de España: 3:06.83.

Ona Bonet, la mujer que este año -al elevarse sobre 1.90- ha relegado a Ruth Beitia a la segunda posición del ranking español sub-20, era una de las firmes candidatas a metal en la final de altura. La discípula del histórico Gustavo Adolfo Becker comenzaba solventando sin problemas 1.68. El 1.73 también lo pasó a la primera. Más de lo mismo en el 1.77: limpia. Y seguía la fiesta en el 1.80. Tras esa altura era primera igualada con otras cuatro atletas. En el 1.83 llegó el primer fallo, pero lo solucionó a la segunda. Más complicado fue el 1.86, que franqueó a la tercera: ya era medalla segura y entraba en la historia; el atletismo español jamás había logrado una presea en esta disciplina en las 27 anteriores ediciones de este campeonato. Las dos primeras tentativas sobre 1.89 resultaron nulas y, viendo que su metal no cambiaba de color y seguía tercera tras la húngara Bátori (oro) y la local Ella Mikkola (plata), se puso el chándal para jugárselo todo en el 1.92. No salió la apuesta.

Marta Mitjans partía por la calle 7 en la final de los 800 metros. Lo hacía como única finalista que alguna vez bajó de los 2:00 (1:59.88, récord de España). Rápidamente, se partió la prueba, merced a un ritmo rápido (59.5 el 400), solo quedaron cinco mujeres al toque de campana, y cuando Marta hizo su apuesta mediada la contrarrecta, la eslovena Ziva Remic (futura plata en 2:01.76, marca personal) guardó la calle uno como si fuera su más preciado tesoro, haciendo correr a la catalana una eternidad por fuera. Lejos de intentarlo algo más tarde, siguió empecinada en la curva, con lo que, al llegar al último hectómetro, aunque peleó como una jabata y por momentos parecía que el bronce era suyo, fue superada por la italiana Lorenza de Noni (2:01.86). El oro fue para la alemana Jana Marie Becker (2:01.67). Marta acabó cuarta en 2:01.90.

Guillermo Martínez fue el único representante de España en la final de los 1.500. Se pegó de manera notoria al corazón del grupo antes del toque de campana, energías que sin duda le hubieran venido de perlas cuando la carrera se encabritó al tañir de campana. Aunque tuvo salida después y llegó a amenazar a los líderes, su fuelle se esfumó poco antes del último 200. Entró séptimo (3:50.77) en la fiesta de Håkong Moe Berg, el noruego que cruzó la meta en 3:47.36.

Carla Arwen Martínez, Estrella Santoyo, Marina Delgado y Laura Martínez tomaron la responsabilidad en el 4x100. Sus 44.74 de la ronda previa eran la séptima mejor marca de la temporada entre las contendientes en la final. Hace dos años el cuarteto español fue cuarto. Así que récord nacional y esa plaza eran los objetivos que sin duda aparecían en el horizonte, pero no anduvieron finas en los cambios y terminaron sextas (44.85) en una carrera dominada por Italia (43.72, récord naciona).

Pau Caparrós accedió a la final de triple con el 10º salto más largo de la calificación (15.20), cuando su mejor marca (hecha este año) es 15.35. Lo suyo en la final consistía, por tanto, en tratar de superar ese registro. Comenzó con un vuelo de 15.26 (a pesar de dejarse los 20 cm de la tabla de batida), su tercer mejor salto de siempre; se situaba quinto. El segundo fue mucho más corto, un 14.90 que le mantenía todavía dentro de la mejora, 7.º. Cuando afrontó el tercero ya estaba fuera (9.º), obligado a saltar 15.39, lo que implicaba renovar su plusmarca. Dio su mejor versión del concurso (15.30) bajo presión, lo que no fue suficiente para continuar (acabó 10.º).

La campeona nacional Tilena Martínez, hija de Manolo, el lanzador de peso leonés que tantas buenas tardes regaló a los amantes del atletismo, competía en la final de la disciplina tras haber llevado la bola a 15.25 (su mejor prestación de siempre) en la calificación. La muchacha, que también practica halterofilia (donde brilla a nivel nacional), llegaba en su prime, lista para comenzar a escribir su propio destino. En el primer intento se quedó corta: 14.03. A pesar de ello, era octava, la última que virtualmente entraba en la mejora. El segundo fue nulo y el siguiente solo 10 centímetros más largo que el inaugural, lo que significaba decir adiós en 10.ª posición.

Repetía el mismo cuarteto que logró la clasificación para la final de 4x100 con 39.27, mejor marca del año entre los ocho aspirantes (único junto a Gran Bretaña en quebrar la barrera de los 40 segundos): Ignacio Hernández, Ander Garaiar, Oriol Sánchez y Jorge Hernández. Dibujaron una actuación cargada de fe, seguridad, técnica y talento para acabar en 39.32, superando con claridad a Francia (39.57) y Alemania (39.78), ambas acompañantes en el podio, haciendo su mejor marca del curso. Hubiera sido primer oro y tercera medalla de nuestra historia tras los bronces de Atenas 1975 y Grosseto 2017 (Troyano, Retamal, Ambrós, López). El colofón perfecto para la imparable velocidad nacional: Ander Garaiar (oro en 100) y Oriol Sánchez (bronce en el 200) se hubieran ido de Tampere con dos medallas. Y sí, usamos el pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo porque todo se vino abajo poco después, al ser descalificados por entregar fuera de zona en el primero de los cambios.

Lo cosechado en el Ratinan Stadion, terceros en el medallero con 14 preseas (5 oros, 3 platas y 6 bronces), supera al legendario botín de Nyíregyháza 1995 (10: 3/4/3 ), no solo en número, sino en versatilidad (velocidad, mediofondo, fondo, vallas, saltos, lanzamientos, marcha y relevos), alejando a España definitivamente de ese estigma que solía circunscribirla al mediofondo, fondo y marcha.