A diferencia de aquella cita en tierras escocesas, su pierna de batida ha cambiado desde entonces. Su primer intento, de 6.72 metros, ya prometía y la colocaba en posiciones de honor (entró a una velocidad de 33.4km/h a la tabla y con una extensión impecable, salto que le permitía soñar con todo).
Su segundo intento fue nulo, mientras que en el tercero bajó a 6.50 m. Aun así, Fátima seguía en la segunda plaza, sólo superada por la estadounidense Claire Bryant, que se fue hasta los 6.90 m. Los siguientes estaban llenos de tensión y expectación. El nuevo sistema de clasificación permitía a las 10 primeras probar de nuevo, con Diame haciendo nulo.
La quinta ejecución, reservada para las ocho mejores, llevó a la valenciana hasta los 6.46 m, aunque sin verse rebasada por ninguna de sus rivales, con la suiza Annik Kälin muy cerca (6.66 m). La líder mundial del año, la bahameña Charlton, apenas fue sexta tras un mejor registro de 6.57 m.
F. Diame sabía ya que había premio para ella, aunque A. Kälin voló hasta los 6.83 m y se erigió subcampeona. La última oportunidad que tuvo la atleta española no dejó atrás las anteriores, así que se alzó de nuevo con el bronce -segundo para la delegación en esta edición del Mundial de Atletismo en Pista Cubierta-.