Vestido con traje negro y camisa blanca, Michael Jordan sigue llevando su icónico pendiente en la oreja izquierda. La leyenda del baloncesto también concedió una breve entrevista durante el descanso del partido inaugural de la nueva temporada de la NBA entre los Oklahoma City Thunder, actuales campeones, y los Houston Rockets (125-124).
"Es increíble la cantidad de tiempo que no nos damos cuenta de que no tenemos tiempo para pasar con la familia durante nuestra carrera. Pero eso es todo lo que puedo hacer ahora. Ese es mi principal recurso en este momento: el tiempo. Y por eso puede que no me veáis mucho. Estoy pasando mucho tiempo con mi familia y haciendo cosas que no hacía desde hace mucho tiempo", dice Jordan.
Ídolo de una generación
"Hace muchos años que no toco un balón de baloncesto. Fui a la Ryder Cup (de golf) y alquilé una casa. El dueño vino a hacer fotos y tenía a sus hijos pequeños con él. Había una canasta de baloncesto y me preguntó si quería encestar. Cuando me acerqué a la canasta para hacer un tiro, me di cuenta de que hacía muchos años que no estaba tan tenso. Y todo porque aquellos niños habían oído historias de sus padres sobre mis logros hace 30 años. Pero habían pasado 30 años y yo nunca había puesto las manos en un balón", añadió Michael Jordan.
"Pero, afortunadamente, el balón entró en la canasta y eso mejoró mi semana", añadió el seis veces campeón de la NBA.
Jordan también habló sobre su nuevo papel como asesor.
"Es una obligación para con el baloncesto. No tiene nada de financiero. Quiero transmitir lecciones de éxito e inversión en el baloncesto. Sigo amando este deporte. Lo amo como no os podéis imaginar. Ojalá pudiera tomarme una píldora mágica, ponerme las zapatillas y jugar hoy. Vivo para la competición. Echo de menos ese aspecto del baloncesto, competir contra los mejores. Pero es mejor para mí que correr el riesgo de romperme el tendón de Aquiles y acabar en una silla de ruedas", concluyó Jordan.