La jugadora andaluza estaba ganando, en los Juegos Olímpicos de París 2024, su partido de semifinales contra Bing Jiao. El pase a la gran final, lo que garantizaba una medalla más para la delegación española, estaba a sólo un paso. Sin embargo, todo cambió en una desafortunada acción que la obligó a retirarse del encuentro y de la competición.
No podía haber un desenlace más cruel para una jugadora que ya había experimentado la peor cara del deporte en otras dos ocasiones. Frustración, rabia, tristeza, dolor, lágrimas... Se le vino el mundo abajo a la onubense, y justo a los pies de la gloria, momento en el que ya se intuía que iba a seguir engordando su extraordinario palmarés.
El "camino sigue" para Carolina Marín
Con la perspectiva que sólo da el tiempo, Carolina ha reflexionado sobre todo aquello. "Hace un año que todo cambió. No voy a contaros lo que pasó porque todos lo sabéis, pero sí quiero aprovechar este día para recordaros y recordarme una cosa: por mucho que planifiquemos y deseemos las cosas, la vida puede darle la vuelta a todo", ha expuesto.
"Y por mucho que lo queramos más que nadie, a veces no sale. Pero sí está en nuestra mano que vivamos de la manera más intensa posible esos nuevos caminos que se abren. Y en eso estoy desde hace un año, porque han sido 365 días inolvidables y llenos de momentos increíbles", ha agregado Marín en su publicación de Instragram.
"Mi camino sigue y sé adónde me gustaría que me llevase. No sé si llegaremos al destino que queremos, pero sé que disfrutaremos del trayecto. Gracias a todas y cada una de las personas que habéis formado parte de alguno de los días de este año tan especial", ha concluido la ganadora del metal dorado en Río de Janeiro 2016.