Marco Bezzecchi (26), que horas antes consiguió la 'pole position' en la clasificación, impuso su ley en la prueba corta del fin de semana y evitó el triunfo de Fermín Aldeguer (20), quien se quedó muy cerca de una victoria para el recuerdo en Mandalika.
Con el título bajo el brazo, el objetivo del flamante campeón es evitar caídas indeseadas y seguir compitiendo. La necesidad de ganar ha pasado a un segundo plano, aunque la mala noticia para Marc Márquez es que aún debe asumir otros cuatro grandes premios y este tramo final se le puede hacer algo largo.
En la carrera al esprint no ocurre eso, ya que todo pasa excesivamente rápido. Los españoles Maverick Viñales y Jorge Martín integraban el apartado de bajas, como ocurrirá también este domingo, y no comparecieron en la línea de salida. Entre una circunstancia y otra, desde luego, no era la cita con mayores alicientes de todo el Mundial.
Lo más interesante era que el dominio de Ducati parecía tambalearse después de mucho tiempo, lo que siempre ayuda a que la emoción y la imprevisibilidad aumenten. El neumático blando era protagonista e incluso unánime en la rueda trasera, con Pedro Acosta apostando por la goma dura en la delantera.
Brutal remontada de Marco Bezzecchi
La pésima salida de Bezzecchi parecía traducirse en una condena para sus intereses, pues cayó hasta la octava posición. Sin embargo, el italiano se fue recuperando y frustró a falta de media vuelta a Aldeguer, que rozó el triunfo en un emocionante duelo final con Marco. Se llegó a soñar con el doblete murciano, pero Acosta sufrió una inesperada caída.
Marc tuvo que hacer frente a una sanción de long lap por una acción con Rins y esos tres segundos que perdió impidieron que llevara a cabo una actuación de sobresaliente (llegó a meta séptimo y dejó muy buenos adelantamientos). Su hermano consiguió un cuarto puesto que no sabe nada mal dado el pobre rendimiento de Bagnaia, que terminó último.
Mención especial también para Raúl Fernández, otro de los invitados inesperados. El madrileño, que sumaba 95 puntos antes de subirse a la moto en el Gran Premio de Indonesia, reservó un lugar en el podio gracias a un bronce que sabe a oro porque nunca antes había rendido tan bien en MotoGP.