Después de que empezase a llover alrededor de las 17h00 en la capital, los organizadores decidieron aplicar el reglamento, que autoriza una decisión así "si la calzada se convierte en deslizante".
La medida entrará en vigor a 50 kilómetros de la meta, antes por tanto del triple paso por el emblemático barrio de Montmartre.
Se trata de una medida de seguridad para no exponer a los corredores a riesgos sobre los adoquines de los Campos Elíseos y de Montmartre, barrio incluido por primera vez en la última etapa del Tour de Francia.
Eso quiere decir que los tiempos definitivos para la general serán los del cuarto paso por meta. Pero, en todo caso, los corredores deberán "efectuar la totalidad de las vueltas al circuito de los Campos Elíseos para figurar en la clasificación de la última etapa y en la clasificación final del Tour de Francia".