Parecía que nadie iba a poder ganar a Tadej Pogacar (26) en la Grande Boucle, pero en el comienzo de la prueba ha aparecido el neerlandés Van der Poel para bajar al balcánico de su estatus de divinidad y ponerle los pies en la tierra.
Tanto es así, que al esloveno sólo le quedó reconocer el gran trabajo del de Países Bajos tras la etapa de este domingo, en la que le arrebató la victoria tras un esprint de infarto en los últimos metros.
"Mathieu fue el más fuerte en el esprint final, así que le felicito. Es difícil ganarle en el esprint. Siendo sincero, metí la pata un poco porque me dio un poco de miedo esprintar contra él y esperé demasiado tiempo a su rueda", expresó Pogacar.
"Fue un buen día, una etapa larga y dura. Hubo un poco de todo: lluvia, estrés, ataques... Me sentí bien de cara al final, y mi equipo también lo hizo bastante bien. Estoy muy contento de haber conseguido un sólido segundo puesto", sentenció el ganador de tres Tours de Francia.