Campeón del mundo en Kigali y luego campeón de Europa en Drôme-Ardèche: todo apuntaba a otra larga vuelta en solitario de Tadej Pogacar (27) como aperitivo antes de la Vuelta a Lombardía del sábado por la tarde. No era el plan básico, pero las circunstancias de la carrera y un ataque brusco bastaron. Aunque la edición de 2024 se canceló por motivos meteorológicos, el esloveno había prometido a los organizadores que participaría en 2025. Cumplió su palabra y más.
Después de que Egan Bernal diera esquinazo a Lorenzo Milesi y se marchara en solitario, pero luego cambiara de opinión, las cosas empezaron a mejorar, gracias sobre todo a la iniciativa de Mattia Cattaneo. Por desgracia, el italiano no se subió al carro correcto, a diferencia de Quin Simmons, que probó suerte poco después.
Así, a falta de 25 kilómetros, 7 corredores se encontraban en cabeza: además de Bernal, Milesi y Simmons, Pogacar acompañado de su compañero de equipo Isaac del Toro, Afonso Eulálio y el francés Victor Lafay , que se pregunta por la continuación de su carrera tras varias lesiones. El pelotón estaba a sólo unos 20 segundos, lo que auguraba una buena batalla.
Escapada de Pogacar a 20 kilómetros
A falta de menos de 20 kilómetros, Pogacar se marchó y sus seis compañeros no volvieron a verle. Sólo Simmons intentó acortar distancias, pero al pie de Casciago, la diferencia era de 19 segundos. Todo fue en vano.
La competición se jugaba los segundos puestos. Seis corredores tenían una ventaja de unos diez segundos sobre el pelotón: del Toro, Toms Skujins, Primoz Roglic, Thomas Pidcock, Ben Tulett y Gianmarco Garofoli. El 2º puesto parecía importante para muchos equipos y el sexteto fue alcanzado en la subida final del circuito. Albert Philipsen se hizo con el 2º puesto al sprint por delante de Julian Alaphilippe y Paul Lapeira.
El sábado, Pogacar aspira a dos récords: convertirse en el primer quíntuple vencedor consecutivo e igualar el número total de victorias del Campionissimo Fausto Coppi.