Los Tigres de Asia anotaron a través de Eom Jisung y Oh Hyeongyu, a los 15 y 74 minutos de juego.
El primero fue producto de una jugada desgraciada del defensa Junior Alonso. Sin ningún apuro para despejar hizo un pase corto, inocente, para entregar a su compañero de zaga, Omar Alderete, con tal mala fortuna que la pelota dejó en inmejorable posición al atacante coreano para someter al guardameta Orlando Gill.
El segundo fue fruto de un contragolpe veloz que culminó con certeza el hombre de refresco Oh Hyeongyu cuando seguían desperdigados después de un ataque para llegar al empate.
Los guaraníes desperdiciaron varias oportunidades para descontar, la primera mediante una presión alta de Diego Gómez y la segunda cuando el atacante Miguel Almirón robó una pelota y sirvió en bandeja a Ronaldo Martínez.
El delantero vaciló en el mano a mano y el portero Kim Seounggyu tapó providencialmente al intuir la dirección del remate.
En el segundo tiempo, la Albirroja volvió a desperdiciar una nueva ocasión: un remate de tiro libre de Diego González se estrelló en el caño y en el rebote, solo, de cabeza la mandó arriba el delantero Tony Sanabria.
La Albirroja, sin puntería
Un minuto después, el mismo González insistió, pero su intento se marchó desviado por poco.
Los albirrojos centrados en el terreno coreano alentaron a los locales al contraataque. De esa forma, con velocidad, llegaron al segundo tanto definitivo que concretó con precisión Oh Hyeongyu ante la salida del portero Gill.
La última parte del partido se repartió entre los delanteros de los dos equipos. Los paraguayos tuvieron una gran ambición para reducir la tarifa que aplicaron los asiáticos.

Sin embargo, los dirigidos por Myung Bo Hong se plantaron con disciplina y abnegación en defensa para cerrar el resultado a su favor.
En su anterior partido amistoso, los asiáticos habían caído vapuleados (5-0) por Brasil en el mismo día en que Paraguay empató a dos contra Japón en Osaka.