No es habitual que el equipo azulgrana pierda en casa, por mucho que enfrente tenga al ganador de la Champions League, y que sea vapuleado días después en el campo de un Sevilla que meses atrás se encomendaba a la fe divina para lograr la permanencia. El hecho de que hubiera parón de selecciones tampoco ayudaba y la proximidad del clásico, que se disputará el domingo 26 de octubre, generaba cierta urgencia de cara al derbi catalán.
Los de Míchel Sánchez afrontaban el duelo con algo más de ánimo tras haber superado al Valencia en la jornada anterior, aunque no sin sufrimiento, y se aferraban también a las numerosas bajas del rival. Aun así, el técnico madrileño dejo claró que la entidad de Montilivi está lejos de ser "un PSG 2.0" y que la empresa en Montjuïc iba a ser muy ardua. Los visitantes, además, llegaron al Olímpic Lluís Companys con hasta ocho ausencias.
Remontada frustrada del Girona
El Barça arrancó de la mejor forma posible, abrazando la posesión y acercándose a la portería contraria, e incluso se adelantó en el marcador cuando ni siquiera se había alcanzado el cuarto de hora. Su conducción dentro del área, en horizontal, le hizo encontrar una posición ideal para abrir la cuenta mediante un fantástico pase a la red. Paulo Gazzaniga ni siquiera se tiró al césped, y eso que lucía tan verde como terso.
La reacción de los visitantes no tardó en llegar: una jugada de córner que no parecía llevar demasiado peligro se resolvió con una espectacular chilena de Axel Witsel para devolver las tablas. Y fue a partir de entonces cuando llegó el carrusel de ocasiones, de un lado a otro, en un alocado pulso gracias al atrevimiento del Girona y al planteamiento casi suicida del preparador germano. La falta de puntería evitó que el marcador se actualizara antes del descanso.
Llovía en la Ciudad Condal, aunque seguían sin caer los goles. Vladyslav Vanat se estrelló con Wojciech Szczęsny, Cristian Portu mandó el balón al poste y Bryan Gil mostró su peor versión en un fallido remate. Entretanto, Frenkie de Jong acariciaba el segundo de los culés y Marcus Rashford enviaba el cuero a la madera en un libre directo muy bien ejecutado. El frenesí suele beneficiar al que tiene más calidad, si bien siempre resulta arriesgado.
Araujo hizo el milagro
Fermín López entró al terreno de juego en lugar del adolescente Toni Fernández, que apenas destacó. El cambio respondía más bien a la necesidad de reforzar el centro del campo y el carril central, de modo que el técnico alemán optó por hacer la modificación al descanso. Y lo cierto es que la incursión del onubense dio frescura en la segunda mitad, con Lamine Yamal dispuesto a aumentar sus prestaciones respecto a lo visto en los 45 minutos anteriores. Sus intentos fueron en vano.
Una buena ocasión de Frenkie de Jong y un gol anulado a Pau Cubarsí por falta previa de Eric García animaron al público de Montjuïc, que se refugiaba del agua como buenamente podía. El inglés cedido por el Manchester United también gozó de varios oportunidades, la última tras un notable pase del recién ingresado Roony Bardghji, quien se incorporó al campo junto a Andreas Christensen; de la misma forma, Jhon Solís y Viktor Tsygankov se sumaron al partido.
Ya sin Pedri ni Lamine, los encargados de fabricar el 1-0, el Barcelona debía encomendarse al buen hacer de Rashford o al talento de Fermín para dar con la clave del éxito. Cuando el tercer tropiezo consecutivo se acercaba, Araujo irrumpió como delantero improvisado y se erigió héroe en el 93' con una diana que volvió loco a Flick, recientemente expulsado, y que le llevó a hacer dos cortes de manga que parecían tener a Gil Manzano como receptor.
Jugador Flashscore del partido: Ronald Araujo.