Carlos Sainz (30) tuvo que abandonar Ferrari sin querer hacerlo, lo que, según cuenta ahora pasados unos meses de su llegada a Williams, le produjo un choque interno de sentimientos que podría haber derivado en problemas con los del Cavallino Rampante.
"Entiendo cómo un piloto con un gran ego, tal vez solo querría despedazar a Ferrari ese año y tal vez volverse un poco político o convertirse en una especie de infección dentro del equipo", dijo durante su intervención en el podcast High Performance.
"Por supuesto. Mi demonio, todos tenemos un ángel y un demonio, y el demonio era como, hay tantas cosas que me gustaría decir o hacer o cambiar, pero mi ángel fue más poderoso en ese momento y dijo, no, no seas esa persona, sé el profesional", reconoció el piloto madrileño.
"Sé la persona que va a dar absolutamente todo hasta la última carrera por este equipo, y darles a todos aquellos que no tienen nada que ver con esa decisión, voy a ser la persona profesional, la buena persona, no la que quiere incendiar este lugar", concluyó.