En una carrera tan corta, solo 13 vueltas, es imprescindible una buena salida. De ahí que Marc Márquez apretase de lo lindo para intentar abrir hueco. Y que sus rivales hicieran lo mismo para intentar seguir su estela. Eso conlleva unos riesgos que algunos no saben medir. En la primera curva, Quartararo besó el asfalto y casi se lleva por delante a Bastianini. El italiano, en la misma primera vuelta, también cometió un error y no solo fastidió su carrera sino la de Zarco.
Por detrás, mientras el líder del Mundial rodaba cómodamente, su hermano, Álex, intentaba remontar. En el ecuador de la prueba, seguía noveno, sin poder superar al invitado Espargaró y bien vigilado por Jorge Martín. Peor aún le iba a Bagnaia, bloqueado en la 14ª posición. No levanta cabeza el excampeón. Y peor aún lo hizo Pedro Acosta, que parece haberle cogido el gusto a eso de caerse en Hungría. Pudo levantarse, mas lo hizo penúltimo y, por tanto, sin opciones de nada.
La única emoción que quedaba era ver si el sorprendente Marini era capaz de robarle el podio a Morbidelli. Lo intentó en la última vuelta, pero no lo consiguió. Sí que Álex Márquez, como Jorge Martín, lo hicieron con Espargaró para acabar octavo y noveno, respectivamente.
Pero lo importante, la victoria absoluta e incontestable desde la pole de Marc Márquez, que ya acumula 152 puntos de ventaja y 209 sobre Pecco en la lucha por el título.