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La doble gesta de ganar la Vendée Globe en plena lucha contra un cáncer

Dalin, el gran triunfador de la Vendée Globe
Dalin, el gran triunfador de la Vendée GlobeFoto por LOÏC VENANCE / AFP

Si ya es complicado para cualquier regatista completar la Vendée Globe, la vuelta al mundo en solitario y sin escalas, más aún es ganarla. Y si se hace mientras se lucha contra un cáncer, como lo logró en enero pasado el francés Charlie Dalin (41), la gesta es doble y demuestra la asombrosa resiliencia del cuerpo y la mente humana.

Dalin, que publica este jueves el libro 'La Force du Destin' ('La Fuerza del Destino'), reveló en una entrevista con la AFP que afrontó la prueba, que completó en un tiempo récord de 64 días, con "un intruso a bordo", una forma infrecuente de cáncer gastrointestinal contra el que sigue batallando.

"Ciertamente, hizo la tarea un poco más complicada tener este intruso a bordo", aseguró el regatista bretón. "Hoy lo veo como una doble victoria", agregó.

En el otoño de 2023, a Dalin le fue diagnosticado un tumor del estroma gastrointestinal (GIST, por sus siglas en inglés) días antes de tomar parte en otra carrera, la Transat Jacques Vabre race, a la que tuvo que renunciar para someterse a tratamiento.

"Poder zarpar ya era una victoria"

Meses después volvió al mar. "Si los médicos hubiesen tenido dudas, no lo hubiera hecho", asegura. "No hubiese corrido ningún riesgo por mi mujer y mi hijo. Navegar es mi trabajo y se pusieron contentos por mí cuando pude volver al agua", dice.

Charlie decidió no hacer pública su enfermedad por temor a que se viesen frustrados sus planes de participar por segunda vez en la Vendée Globe en la edición precedente (2020-2021) de una prueba que se sigue con mucho interés en Francia.

Días antes del inicio de la regata en Les Sables-d'Olonne (oeste de Francia), en noviembre pasado, un nuevo escáner reveló que el tumor no había crecido.

"La enfermedad también me hizo tomarme las cosas con otra perspectiva. Sólo el poder zarpar ya era en sí una victoria", expone el gran protagonista de la cita.

Una vez lejos de la costa y teniendo que tomar a diario su medicación, el instinto de navegante se apoderó de él.

Carrera en suspenso

Pese a una fatiga constante, C. Dalin pasó como líder el Cabo de Buena Esperanza y apostó por hacer frente a una tormenta en el océano Índico que amenazaba con convertir su barco en astillas. La mayoría de los participantes la rodearon, tomando una ruta más larga.

"Me ceñí a mi estrategia, durmiendo una media de seis horas y media al día, lo que ya era bastante más que en mi primera Vendée", explica.

"No había distracciones a bordo, así que aproveché cada momento libre para dormir", comenta.

"Tenía dolores en el estómago, pero simplemente me dije: 'No tienes tiempo para preocuparte por eso'. Y los dolores desaparecieron tan rápido como llegaron", asegura. "Cuando volví a tierra, casi los había olvidado", añade.

Al cruzar la meta en enero se descorcharon botellas de champagne en su honor, pero solo unas semanas después tuvo que pasar por el quirófano.

"La fecha de la operación habría sido casi la misma si no me hubiera ido", dice Dalin, quien espera que su historia dé esperanzas a otras personas que padecen cáncer.

"Si ayuda a las personas que están pasando por este tipo de cosas, aunque sea solo a cuatro de ellas, eso sería genial", indica.

Por el momento, Dalin ha tenido que poner su carrera como regatista en suspenso. "Actualmente, la enfermedad está estable. He perdido mucho peso y ya no soy capaz de competir en regatas en alta mar", asegura.

"No podré participar en la próxima Vendée Globe, pero tengo la esperanza de volver algún día y competir tal vez en regatas transatlánticas", promete.