Más

Entrevista Flashscore l Goycochea: "En ningún penalti me tiré por azar, yo tenía información previa"

Goycochea ataja un penalti
Goycochea ataja un penaltiANTONIO SCORZA / AFP
El ex arquero de la selección argentina recuerda su paso por la albiceleste en una entrevista con Flashscore.

El exarquero de la selección “albiceleste”, héroe del Mundial de Italia 1990 por sus atajadas en los penaltis, recordó con detalle ese histórico momento, pero además se tomó un largo rato para hablar de sus recuerdos junto a Diego Maradona, se animó a compararlo con Leo Messi, llenó de elogios a Emiliano Martínez y hasta le recomendó un club para su futuro. No te pierdas la entrevista exclusiva de Flashscore desde el Mundial de Clubes, en Estados Unidos. 

Mundial de Italia 1990

Goycochea, como comentarista
Goycochea, como comentaristaMarcelo Endelli / Getty Images South America / Getty Images via AFP

Pregunta ¿Qué pasaba por su cabeza cuando iba a la línea del arco a atajar los penaltis en Italia 1990?

Respuesta: Las mejores sensaciones, yo no tenía nada para perder. Es el momento más tensionante de un partido, porque un penalti todos sabemos que tiene un tenor definitorio, pero es el momento de menor presión. Porque uno no se carga con la responsabilidad de decir “Uh, lo tengo que atajar porque si no…”. Al contrario, si lo atajás es todo bueno. Me focalizaba de esa manera para que la presión no me paralizara. Es un buen recurso emocional para prepararse de la mejor manera.

P. ¿Todavía le queda el silencio del San Paolo de ese segundo posterior al penalti atajado a Serena?

R. Sí, todavía lo recuerdo, maravilloso. Me habían mandado el video por VHS y se deterioró, lamentablemente. Pero fue terrible. Diría Victor Hugo (histórico relator): “Silencio ensordecedor”. Escuchaba el grito de los pibes que venían de la mitad de cancha, la gente era minoría pero igual se hacían escuchar.

P. ¿Qué clima había? ¿Los napolitanos estaban con Argentina?

R. No creo eso, pero sí teníamos una “neutralidad” que no la tuvimos en ningún otro estadio: ni en Florencia, ni en Turín, ni en Milán, ni en Roma. No nos alentaron, pero los napolitanos que estaban en cancha tampoco nos insultaron.

P. ¿Es cierto que Bilardo decía que era el partido más fácil, ante Italia?

R. Sí. Él tenía muy visto a Italia. Hace 35 años atrás no era usual que se estudiara tanto a un equipo, a diferencia de hoy. Todo lo que veíamos defensivamente era con referencia a Italia. Los conocía mucho y por eso estaba tranquilo.

P. ¿Qué sentiste cuando Maradona fue a patear el cuarto penalti?

Lo vi muy seguro. Fijate que pateó el mismo penalti que tres, cuatro días antes había errado. Al mismo lugar. El arquero Zenga no acertó. Si acertaba el palo, lo atajaba. Pero Diego tenía una personalidad especial, y por eso fue así tan tranquilo a patearlo.

P. ¿El penalti de Serena le cambió la vida?

R. Los dos penaltis con Italia. Ese y el de Donadoni. Los penaltis con Yugoslavia los debe recordar el 3% de la gente a la que me cruzo. Las dos imágenes fueron similares, pero la gente se queda con la serie ante Italia.

P. Además fuiste protagonista de otro penalti que se dio en la final de un Mundial, estuviste muy cerca de ese penalti…

R. Brehme le pegaba muy bien con las dos piernas. Tomé el penalti como el quinto de una serie. Luego de eso no iba a haber nada. Estábamos cansados, diezmados, era lo único que nos quedaba. “Si no lo atajo, es definitorio”, me dije. 

P. ¿Por qué era tan bueno con los penaltis?

R. No sé cómo explicarlo. Técnicamente evidencia la potencia de piernas, cómo salir hacia la pelota…Todos dicen que los penaltis son una cuestión de suerte, y después los veo con el papelito analizando hacia dónde han pateado en otras ocasiones. Eso es información, no es que se deja todo librado al azar.

En ningún penalti me tiré por azar, yo tenía información previa y además le sumaba lectura del cuerpo del rival, aunque eso no lo sé explicar. Lo veo en otros arqueros y me doy cuenta si tienen lectura. Es algo innato.

En el último de Serena, mi cabeza en los últimos cinco segundos dijo: “1.90m, zurdo cerrado, técnicamente aceptable"… Yo ya sabía que había muchas chances de que el remate sea cruzado. Después es fútbol y puede pasar cualquier cosa, pero tuve esa intuición.

P. ¿Cómo lo manejaron ustedes desde Camerún hasta la final?

R. El entrenador (Bilardo) nos conocía a la perfección. Teníamos a Diego como líder. Arrancar empatando contra Camerún ya era negativo para nosotros, imaginate lo que fue perder. Pero salimos adelante por el conocimiento del entrenador, porque teníamos una base de campeones del mundo con experiencia, y en ese sentido lo anímico fue fundamental. No nos quebramos emocionalmente y por eso llegamos a la final.

P. ¿Pensaba que iba a tener alguna oportunidad en ese Mundial?

R. No, para nada. Yo sentía que iba a disfrutar del Mundial, y la única chance que tenía de jugar era por lesión o suspensión de otro arquero. No existe el cambio táctico de arquero. Fue triste, dura y fea (la lesión de Nery Pumpido vs Unión Soviética), pero yo tenía que poner en mi cabeza que era una circunstancia que podía ocurrir.  

P. ¿Cómo fue el momento en el que se produce la lesión de Nery Pumpido? ¿No hubo tiempo para pensar?

R. No. Fue algo totalmente inesperado. No tuve tiempo para pensar. No me enteré la gravedad de su lesión hasta que terminó el partido. Salí a jugar, sin analizar demasiado, yo no jugaba un partido oficial hacía seis meses.

P. Se produce la jugada del córner, “la segunda mano de Dios”...

R. Sí, la sacó Diego ahí medio hombro medio mano. Córner en contra, la peinaron en el primer palo, no es que yo podría haber salido, y Diego que estaba en el primer palo la terminó sacando con el pecho/brazo. Hubiera sido terrible si era gol, porque era la primera jugada, sin tocarla, 1-0 abajo… nos caíamos a pedazos.

P. ¿Cómo manejó la idolatría?

R. Uno no se prepara para ser ídolo. Sí para jugar, pero para una cuestión emocional no. Por cuestiones de vida, todos nacemos preparados para saber que tu padre se va a morir antes que uno. Tu papá se puede morir a los 92 años, rodeado de nietos, bisnietos, y vos decís bueno, tuvo la vida que quiso… y así y todo tenés que atravesar ese momento emocional, ¿quién te prepara para eso? Acá es lo mismo. Llegué a Argentina y me conocía todo el mundo, las chicas me corrían… seguramente cometí errores, pero siempre apunté a que no me devorara el personaje. Mi educación y los valores de vida fueron clave.