El técnico danés, de 53 años, llevaba sin equipo desde que renunció a la selección nacional en julio de 2024, y aunque su contratación no es precisamente una sorpresa, considerando que su única experiencia previa en una de las cinco grandes ligas europeas fue en la temporada 2014/15 con Mainz, se podría decir que representa una apuesta arriesgada en este momento.
Desafortunadamente, Ten Hag quizá era el hombre adecuado pero en el momento equivocado, porque quienquiera que tomara el relevo de Xabi Alonso estaba destinado a enfrentarse a una situación muy complicada.
¿Cómo no iba a ser así después de una temporada en la que estuvieron a un partido de lograr un triplete invicto —una hazaña que difícilmente se repetirá— y luego una campaña de seguimiento bastante decente?
Hay que reconocerle al español que quedarse un año más fue admirable, aunque nadie dudaba que pronto buscaría nuevos retos.
El Leverkusen: Ten Hag estaba condenado al fracaso
El problema para Ten Hag es que muchos de los jugadores que creyeron en la visión de Alonso también se marcharon.
Probablemente el jugador más creativo del equipo, Florian Wirtz, se fue al antiguo club de su exentrenador, Liverpool, y allí se reunió con Jeremie Frimpong.
Amine Adli, Odilon Kossounou, Victor Boniface, Gustavo Puerta, Lucas Hradecky y Jonathan Tah también se marcharon, mientras que Granit Xhaka y Piero Hincapie se fueron después de que el técnico neerlandés firmara su contrato para dirigir al equipo.
Sin duda, la venta de Xhaka dejó claro al mundo del fútbol el poco peso que tenía ten Hag en el club, a pesar de haber llegado recientemente para ocupar el puesto de Alonso.
Cuando circulaban rumores de que el exjugador del Arsenal podría fichar por el recién ascendido Sunderland en la Premier League, el neerlandés fue tajante ante los medios: "Granit es un líder, ha firmado por cinco años y le quedan tres de contrato. Es demasiado importante para nosotros como para dejarlo ir."
Pocos días después, el jugador fue vendido.
Solo 62 días al mando
Por esas fechas, el Leverkusen perdió 1-5 ante el equipo sub-21 del Flamengo durante lo que debía ser una concentración de entrenamiento en clima cálido, y aquello fue solo el anticipo de lo que vendría.
La única victoria oficial de Ten Hag en sus 62 días al frente fue el 4-0 ante SG en la Copa de Alemania; el resto fueron amistosos.
Una semana después, el Leverkusen perdió en casa ante el Hoffenheim, y luego, tras ir ganando 3-1 en el campo del Werder Bremen, acabó empatando 3-3 pese a que el rival jugaba con 10 hombres.
Sumado a una actitud que, al parecer, estaba alejando a varios miembros de la plantilla, el club actuó con rapidez y reconoció que había cometido un gran error.
El historial de Hjulmand no es muy alentador
Con Hjulmand ahora al frente, la esperanza es que logre estabilizar el equipo, pero su historial no invita precisamente al optimismo.
Por ejemplo, desde la temporada 2014/15, cuando dirigía al Mainz, Hjulmand ha estado al mando en 165 partidos. Solo ha ganado 66 y ha perdido 54.
Su porcentaje de victorias en su anterior etapa en la Bundesliga fue de apenas 20,8%, y fue despedido por el Mainz en febrero de 2015 tras una racha de solo una victoria en 13 encuentros.
Su mejor porcentaje de victorias en clubes (17 triunfos en 36 partidos, es decir, 47,2%) lo logró en la temporada 2017/18 con el FC Nordsjelland, y aunque sus equipos en los últimos 10 años (incluida la selección danesa) han anotado 287 goles, también han encajado 243.
No son cifras que entusiasmen, y el problema para el director deportivo del Leverkusen, Simon Rolfes, es que el increíble éxito de Alonso en el club ahora debe verse en perspectiva.
Simplemente no será posible que un nuevo entrenador llegue y repita esa campaña histórica, especialmente con varios de los jugadores clave ya fuera del equipo.
¿Reacción precipitada del Leverkusen?
Incluso se podría decir que la reacción ante las primeras nueve semanas de Ten Hag fue algo precipitada, así que la forma en que la directiva reaccione ahora es casi tan importante como lo que ocurra en el campo.
Para que cualquier nuevo técnico pueda construir un proyecto sólido, necesita tiempo y varios mercados de fichajes para no verse condicionado por lo que ocurrió antes.
Hjulmand llega a un equipo que ocupa el puesto 12 en la tabla de la Bundesliga y con diferencia de goles negativa, aunque solo se han disputado dos partidos de la temporada 2025/26 en la máxima categoría alemana.
Su próximo reto será ante el líder compartido de la tabla, el Eintracht Frankfurt, seguido de un viaje de Champions League a Copenhague.
Para cuando el club reciba al Newcastle en el principal torneo europeo, el 10 de diciembre, Hjulmand habrá dirigido 18 partidos y Rolfes y el resto de la directiva deberían tener ya una idea de si han acertado con el técnico o si han cometido otro error.
