El marroquí acumula cuatro goles contando el de la final y cinco asistencias en la máxima competición europea, números más que notables para un futbolista que juega de lateral derecho.
Aunque hasta para eso hay trampa, ya que Luis Enrique le ha encontrado un espacio en su estrategia para que el talentoso defensa con vocación ofensiva destaque por encima del resto.
El perfecto ejemplo es el tanto de delantero centro que ha metido ante el Inter de Milán, su exequipo, en la final de la Champions. El canterano madridista ocupó una zona reservada para los mejores nueves, esperó primero a la genialidad de Vitinha y después a que un joven Doué tuviese la cabeza fría para encontrarle.
La historia acabó bien para los de Luis Enrique y Achraf (26) no corrió exultante por el terreno de juego. Recordó su historia con los nerazzurri, se detuvo y pidió perdón a sus aficionados.