Ole Gunnar Solskjaer no era titular en el Manchester United. Sin embargo, cuando saltaba al campo, los rivales sabían lo que podía ocurrir. Físicamente, Gonçalo Ramos tiene poco en común con el noruego, ídolo y ex entrenador de los red devils. Pero sí comparte su capacidad para marcar saliendo desde el banquillo.
Mejor rematador que titular
Ramos es como cualquier otro jugador: quiere jugar todos los partidos, y a ser posible desde el saque inicial. Cuando el PSG puso 90 millones de euros sobre la mesa para convencer al Benfica, la idea inicial era convertirle en un 9 indiscutible. Sin embargo, Luis Enrique tenía otra idea en mente, la de convertir al PSG en campeón de Europa y a Ousmane Dembélé en Balón de Oro.
Para ello, el portugués tuvo que ponerse un traje que le quedaba pequeño, el de rematador, por utilizar una terminología muy querida por Fabien Galthié. En la Supercopa de Europa, marcó el gol del empate contra el Tottenham en el tiempo añadido. En la Liga de Campeones, marcó contra la Atalanta y el Barça, en ambos casos cuando el reloj marcaba 90 minutos. El sábado , contra el Niza , marcó de cabeza en el último segundo. De sus 5 goles, sólo uno llegó como suplente, contra el Estrasburgo (3-3). Fue la única vez que el PSG no ganó...
Alto y atlético, Ramos sabe marcar la diferencia, pero su estilo se adapta al final del partido. Desde el comienzo de la temporada, ha sido titular en 6 ocasiones en la Ligue 1, marcando un gol en 527 minutos. En la Liga de Campeones, la proporción es de un gol cada 20 minutos. La temporada pasada, tras una lesión de tobillo que le mantuvo alejado de los terrenos de juego durante 3 meses, marcó el 40% de sus goles en liga como titular y el 66% en la Liga de Campeones.
Es una gran diferencia con respecto a cuando llegó en 2023. En el once titular una de cada dos veces, fue en la piel de un titular que marcó ante Marsella y Lyon (dos dobletes), Mónaco y Lille. En 2023-2024, Ramos vio puerta el 72,7% de las veces que fue titular. Sin embargo, su estatus no ha cambiado realmente, principalmente debido a sus características intrínsecas, que se adaptan mejor a Luis Enrique cuando necesita forzar una decisión, en lugar de al comienzo de un partido, cuando prefiere jugar en asociación. Consideraciones tácticas que siempre limitarán el rendimiento y el desarrollo del portugués.
    