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Remontada de campeón de un Barça que apaga Da Luz y está en octavos (4-5)

Éric García celebra su gol, el que significó el 4-4
Éric García celebra su gol, el que significó el 4-4AFP
El Barcelona, sobre la bocina, en la última acción del partido, cuando todo el Benfica reclamaba dos penaltis seguidos en el área de Szczesny, se llevó una victoria de fe que le da el billete directo para los octavos de final de la Champions. Fue Raphinha, en una contra en solitario, quien se las apañó para hacer el quinto tanto con el que sellaba un triunfo que se veía casi imposible con el 3-1 y el 4-2.

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Si Supermán tenía la kryptonita, el Barça tenía al estadio Da Luz como el elemento que le hacía vulnerable en Europa. Basta recordar aquel 2-8 contra el Bayern de Flick y su última y temprana eliminación europea en su anterior visita para dar muestras de lo mal que le sentaba jugar en el campo del Benfica. Y esta vez parecía que no iba a ser diferente. En menos de media hora Pavlidis había firmado un triplete, la mejor noche de su vida. Gracias, en parte, a Szczesny. El polaco fue la única novedad respecto al tropezón en Getafe y su actuación no estuvo a la altura... aunque luego lo enmendó de modo decisivo.

En el primer tanto nada pudo hacer ante el centro de Álvaro Carreras que remató Pavlidis superando a Cubarsí. Luego empató Lewandowski de penalti tras un claro pisotón a Balde que el VAR no se comió como sí había hecho en primera instancia el árbitro.

Estadísticas del Benfica-Barcelona
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Szczesny canta ante Vangelis... Pavlidis

Pero enseguida se rehicieron los lisboetas y se le vieron las costuras a Szczesny. En un balón a la espalda de la zaga, el portero salió a lo loco sin ver que Balde había ya acudido a rechazarlo. El encontronazo entre ambos fue brutal y, aunque salieron físicamente indemnes, la bola se quedó muerta y Pavlidis, que pasaba por allí, se la llevó para rematar a puerta vacía el 2-1.

Y aún quedaría otra salida tardía en su área en la que no pareció tocar a Akturkoglu, pero el colegiado consideró que su entrada era lo suficientemente temeraria como para decretar penalti. Pavlidis lo transformó en el 3-1.

La tan alabada defensa adelantada de Flick, ahora con Araújo por el lesionado Iñigo Martínez, hizo aguas en la primera parte. Pedri y Gavi parecían sombras bajo la lluvia. Lo único digno de destacar de los culés, una recuperación de Lewandowski que no supo aprovechar Raphinha con todo a su favor. 

Ay, Trubin, qué regalo a Raphinha

No le quedaba otra al Barça que arriesgar para recortar distancias. Koundé desperdició un pase mágico de Pedri que habría cambiado la fisonomía del encuentro. El propio Pedri pondría un balón de lujo a Lewandowski, que no confió en su compañero. Entre medias, Cubarsí evitó la diana de Aursnes. El gol podía caer de cualquier lado. Y lo hizo casi sin querer para los azulgrana. Un despeje de Trubin a la frontal lo cazó de casualidad Raphinha colocando la cabeza. Pero salió con tanta fuerza que se terminó colando en la meta portuguesa. 

El 3-2 ya daba esperanzas reales de remontada. El Benfica sufría para tener la posesión, pero en estas apareció el fuego amigo de Araújo. El uruguayo convirtió un intento de despeje en un gol en propia meta que dio oxígeno vital a los locales... si bien sólo duró 10 minutos. El tiempo en el que Carreras tardó en darle un pequeño empujón a Lamine Yamal en el área cuando éste armaba la pierna. Lewandowski tomó de nuevo la responsabilidad y marcó el 4-3 en el 77 de partido.

Pedri, el mago; Raphinha, el ejecutor

Con los cambios de Flick, el Barça, jugando con tres atrás, buscó la igualada. Encerró a los lisboetas y se encomendó a Pedri. Y el canario sacó magia de sus botas. Otro centro extraordinario, un caramelo a la puerta de un colegio, y allí apareció Éric García para rematar como delantero centro y poner el empate a 4. Qué locura de partido.

No satisfechos con el punto, buscaron incesantemente el quinto, lo que les pudo costar muy caro. Di María se plantó en un mano a mano con Szczesny, pero eligió mal y el polaco se reivindicó salvando lo que parecía un gol seguro. Pero aún quedaba lo mejor. Porque mientras el Benfica se lanzó también al área rival y reclamaba sendos penaltis en lo que parecía la última acción del encuentro, el balón acabó en los pies de Raphinha. El brasileño se armó de fe, inició la carrera en su campo, llegó a los dominios de Trubin y ajustició al ucraniano para llevar la locura al banquillo blaugrana con el 4-5.

Una victoria que les da matemáticamente el pase a los octavos de final y les permite soñar incluso en noches borrascosas como éstas.

Las notas de los jugadores del Benfica-Barcelona
Las notas de los jugadores del Benfica-BarcelonaFlashscore

Jugador Flashscore del partido: Raphinha (Barcelona).