En una época de vacas flacas en la entidad de Mestalla, con su máximo accionista, Peter Lim, en un proceso de desinversión absoluta, resulta sorprendente que haya aceptado la voluntad de la dirección deportiva para fichar a un entrenador con contrato en vigor y que ejerce en la segunda categoría inglesa, donde su salida no sería gratuita ni mucho menos. Pero así son las cosas.
Y así es la apuesta fuerte que quieren realizar desde el Valencia para enmendar el rumbo y conseguir una permanencia que se ha puesto muy costosa. Aunque más sería descender a Segunda división con la brutal bajada de ingresos que eso conllevaría.
Aún no hay acuerdo económico con Rubén Baraja para un finiquito que, de pagarlo en su totalidad, supondría un desembolso de cinco millones de euros, pero sí parece más cercano la entente cordiale con el conjunto que milita en la Championship para que acepte la marcha de Carlos Corberán.
Éste firmaría por lo que queda de temporada y otras dos más, hasta el 30 de junio de 2027.