Su mano izquierda tapa su ojo izquierdo mientras que eleva su brazo por todo lo alto. Es el festejo pirata de Hernán Barcos que se ha convertido en todo un ritual para los hinchas de Alianza Lima. Tiene casi 41 años (los cumplirá el 11 de abril), las canas adornan delatan que es un veterano, pero su calidad en el campo justifica lo que es: un '9' eterno, aún vigente e histórico después de anotar un gol en la llave ante Boca Juniors para eliminarlo de la Copa Libertadores 2025: marcó el descuento en el 2-1 en La Bombonera, lo que llevó a los penales tras la victoria aliancista por 1-0 en Matute. Y en penales acabó 5-4 a favor del elenco peruano.
“No tomo, no fumo y no salgo”, fue la primera frase de Hernán Barcos en febrero del 2021 cuando aún no se sabía si Alianza Lima jugaría en segunda división o si se quedaría en la Liga 1, juicio en el TAS mediante. La negación incisiva era también una respuesta contundente en un contexto en el que Matute, el estadio aliancista, no era bien visto por las constantes indisciplinas de sus jugadores.
Barcos llegaba, también, para reconstruir un perfil de jugador que se urgía en la refundación de un club que había hecho todo mal en el 2020 y estuvo a punto de irse al descenso. El argentino no solamente asumiría el rol de goleador en la cancha, también el de líder más allá de los camerinos: era el que daba la cara, el que enseñaba con el ejemplo y el que hacía los goles cada vez que los reflectores exigían el protagonismo de Jefferson Farfán.
El 'Pirata' anotó diez goles para el título nacional de 2021 y 18 más en el bicampeonato logrado. Además de sus goles, su liderazgo se basó en estar siempre al lado del club, erigiéndose como la cara que se necesitaba. Presente en la final del fútbol femenino, el primero actividades sociales. Se hizo tendencia por regalarle una casa a la mujer que cuidaba a sus hijos y luego rey del Tik Tok porque su humildad se evidenciaba al ser grabado paseando por las calles en una motito.
Su último año
A poco de cumplir 41 años, Hernán Barcos no solo es importante para el equipo, sino que es figura. No solo es el máximo goleador extranjero con 65 tantos, sino que se ha dado el lujo de convertir en suplente a Paolo Guerrero, a quien nadie extrañó en el histórico 1-0 a Boca en Lima. Barcos, en el umbral en el que la mayoría de jugadores ya sabe a retirado, asume nuevamente un rol protagónico como goleador salvaje, pero también como futbolista solidario que corre lo necesario, inteligentemente.
Fue figura para eliminar a Nacional de Paraguay, luego en Matute para celebrar ante Boca. Y ahora con un cabezazo perfecto en La Bombonera. No corre, piensa. No solo hace goles, conquista con su entereza. No es un jugador de Playstation, pero bien que ya es la figurita del álbum que todos coleccionamos en el pecho.
“Imagínate, yo con 40 años, estar jugando en La Bombonera, eliminar a Boca, no había hecho nunca un gol en La Bombonera, que empiecen a respetar al Perú es hermoso”, dice Barcos cuando un periodista argentino le pregunta sobre las lágrimas al final del partido. Hernán lo hace todo bien.