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Los hombres de Javier Aguirre

Los hombres de Javier Aguirre
Los hombres de Javier AguirreCHANDAN KHANNA / AFP
En su tercera etapa al frente de la Selección Mexicana de Fútbol, Javier Aguirre se desmarcó de inmediato del mote de bombero que la prensa le acomodó tras malos experimentos de los directivos luego de la debacle de Catar 2022. El Vasco se muere por hacer historia en el próximo Mundial en casa y ha encontrado una base de futbolistas con la que buscará hacerlo.

Hace mucho tiempo que Javier ‘El Vasco’ Aguirre se consolidó como el mejor entrenador en la historia del fútbol mexicano. Su trayectoria profesional, primero com futbolista y luego como director técnico, está marcada por aspectos adscritos en la idiosincrasia nacional como sinónimos de éxito: el pundonor, la desfachatez y la pasión con las que se ha devorado la vida.

Pero, cuando había consolidado sus formas de dirigir y salir adelante con la valentía por delante con un Mallorca feroz, aguerrido y pragmático, Aguirre, con 66 años, no se traicionó cuando le llegó la propuesta de dirigir, por tercera vez en su carrera, a una Selección Mexicana a la deriva y deprimida. Con el hambre intacta y sin ganas de siquiera tentar a la jubilación, el ‘Vasco’ volvió a tomar el timón caliente del Tri con sus manos curtidas y con el tiempo en su contra. 

La fórmula de Aguirre, junto a los planteamientos tácticos frente a cada adversario, ha sido la misma desde toda la vida. El técnico mexicano entiende que, para lograr lo que siempre se ha propuesto, deber tener una base de futbolistas en cancha que no sólo entiendan su ida de juego sino que absorban sin aspavientos y con mucha pasión la forma valiente y llena de pundonor de competir. Una misión complicada en un equipo al que no muchos querían acudir y que quitaba prestigio. 

Lograr que los futbolistas mexicanos vuelvan a creer en su Selección y querer representar al país a su país es, sin duda, el gran logro de Aguirre en el poco tiempo en el cargo. Pero, entre todo el plantel ganador bicampeón de la Copa Oro, a menos de un año de la Copa del Mundo del 2026, jugada parcialmente en casa, ‘El Vasco’ ha encontrado a cuatro baluartes a los que puede mirar directo a los ojos y ver el fuego y el hambre que el sigue teniendo y con el que habrá de vivir el resto de su vida. 

Johan Vásquez 

Al igual que Aguirre en su etapa como jugador, Johan Vásquez emigró al fútbol europeo desde el hambre de gloria y sin tanto aspaviento mediático. De gran capacidad técnica, el defensor sonorense llegó a Italia donde no tuvo empacho en comprender que tenía muchas falencias de conceptos defensivos y no hizo otra cosa que tomar el arduo camino del aprendizaje.

Ese proceso conllevó dos descensos a la Serie B de Italia, primero con el Genoa y después con el Cremonese, mientras la prensa mexicana se llenaba de críticas y cuestionaba su decisión de haber emigrado a Europa y su nivel estaba a la altura de la élite. 

No obstante, al mismo tiempo que consolidaba su italiano en tiempo récord, el mexicano corrigió sus carencias y, con la valentía curtida en su crianza, se asentó como un titular indiscutible en la Serie A de Italia y, tal como su paso a Europa, de manera silenciosa tomó con las dos manos un lugar preponderante en selección. 

Ese futbolista con hambre y con ganas de seguir aprendiendo fue con el que se topó ‘El Vasco’ al asumir el cargo y de inmediato entendió que, desde la pierna zurda de Vásquez y su cabeza amueblada, iba a comenzar a consolidar su idea. A un año del Mundial, el jugador del Genoa lo ha entendido perfectamente y es un hecho que será un titular indiscutible en la próxima Copa del Mundo. 

Edson Álvarez

Al oriundo de Tlalnepantla, Estado de México, hace rato que le sobra jerarquía. Desde aquella tarde que Ricardo La Volpe le puso el ojo en el Club América a Edson Álvarez ya se le veía una jerarquía que iba a consolidar en los próximos años con su paso al glorioso y formativo Ajax, donde terminó de curtir su estilo de juego, pero también un liderazgo innato que lo dejó en idolatría en el club y que sería preponderante para ser fichado por el West Ham inglés. 

La personalidad de Álvarez ya era una de las cosas que iluminaron a Aguirre al arribar a la selección. Sin embargo, ‘El Vasco’ ha entendido que, aunque como mediocampista carece de generación de juego, su presencia implica un envión anímico y defensivo. Por eso, el técnico mexicano le ha dado a Álvarez un contexto favorable en mediocampo para que sean sus virtudes y no sus carencias las que terminen pesando. 

Y a la par de su presencia en la alineación mexicana, el futbolista del West Ham también se ha hecho presente en el marcador con goles importantes en la Copa Oro, pero sobre todo, con una voz presente que se ha hecho escuchar más que nunca, gracias al empoderamiento de un entrenador que ya sueña con verlo como capitán del Tri en el debut mexicano bajo el cariño de un Estadio Azteca repleto en el debut del Mundial 2026. 

Gilberto Mora

Aguirre lo descubrió en la cancha de Pumas en un partido que los universitarios jugaron contra Xolos de Tijuana en un partido de poco interés nacional. Y aunque el entrenador mexicano iba a ver a otros jugadores con más camino recorrido, fue el ‘251’ del cuadro fronterizo el que lo cautivó por completo y decidió llamarlo e introducirlo a su cultura para irlo curtiendo, sin imaginar que se iba a topar con un adolescente de 16 años con un talento generacional difícil de obviar. 

Sin intención alguna de ser un invitado de lujo o una prueba más en su corta vida, Mora afrontó el llamado como el paso natural que su destino tenía preparado para él desde su talento inconmensurable. Tras un par de partidos sin minutos, mientras Aguirre moldeaba un cuadro en el que Mora pudiera sentirse cómodo, el joven chiapaneco ingresó en la fase decisiva de la Copa Oro y se consolidó como un futbolista del que simplemente no se puede prescindir. 

Luego de sendas actuaciones contra Honduras y Arabia Saudita, Mora se consolidó como un referente actual del Tri y se sacudió el mote de promesa en la final contra Estados Unidos donde pidió la pelota sin aspavientos y comando el juego fluido con el que México logró remontar un marcador en contra. Cuando salió del cambio, ya con el juego a favor y la necesidad de aguantar la ventaja, el público en la grada y más de uno en el país se puso de pie para aplaudirlo, tal como lo hizo Aguirre desde el banco de suplentes. 

Raúl Jiménez

Hay pocos ejemplos de superación en la historia del fútbol mexicano que el que ha dejado para la eternidad Raúl Jiménez. Después de años titubeantes provocados por una lesión que puso en peligro su vida, el delantero del Fullham no sólo es el mejor atacante del cuadro mexicano, sino el sistema mismo del que parte el pensamiento futbolístico de Javier Aguirre. Desde su jerarquía para moverse entre líneas y para hacerse presente en el marcador, ‘El Vasco’ tiene decidido que partirá su idea propositiva de juego camino a la Copa del Mundo. 

Solo o acompañado de Santiago Giménez, Raúl dejó claro que comprendió lo que su entrenador le pedía: ser un referente. Un cariño que necesitaba en Selección y que lo apuntaló como el futbolista más determinante de Aguirre en cancha. Su gol de esta noche empató un partido con una definición soberbia y con pierna zurda que refleja el estado de gracia y el nivel de confianza con el que juega. 

A menos de un año del Mundial, Jiménez es ya el 9 mexicano que debutará en la justa. Una competencia a la que podría llegar siendo el máximo goleador en la historia del Tri. Un futuro inimaginable hace un par de años, cuando algunos querían encaminarlo al retiro. Su renacimiento futbolístico durante este año es, sin duda, la mejor noticia que ‘El Vasco’ ha encontrado en su regreso.