En líneas generales, todos esperábamos una cosecha mayor, viendo la gran cantidad de campeones del mundo (30) que acudían a la cita francesa, por lo que el resultado no puede considerarse satisfactorio.
No obstante, hay que entender en primer lugar cómo funciona el medallero olímpico. España es una potencia en deportes de equipo, donde ha conseguido cuatro preseas en París, récord histórico de la delegación. Nuestro equipo nacional ha estado presente en 11 de los 16 torneos, siendo después de la anfitriona Francia el más representado, lo cuál tiene un mérito extraordinario que hay que valorar.
Sin embargo, sumando todos los deportes de equipo, que han contribuido a que tengamos la segunda mayor delegación de la historia con 383 sólo es posible aspirar a 16 medallas, en nuestro caso a 11. Únicamente en la natación, que es un auténtico erial con la excepción de Hugo González, sexto en 100 y 200 espalda, hay 37 pruebas que reparten 111 preseas (pueden subir al cajón varios deportistas de un mismo país cosa que no sucede en las modalidades colectivas).
La esgrima reparte 36 medallas, el ciclismo en pista 66 (Albert Torres fue cuarto) y el remo 42. Hay una gran variedad de modalidades que ponen en juego ingentes cantidades de preseas en las que apenas estamos presentes, por lo que urge una mayor inversión en este terreno y un plan para potenciar determinados deportes que nos hagan acercarnos o entrar en el Top 10 del medallero en futuras citas.
Ha habido metales que se han escapado por mala suerte. El caso de la lesión de Carolina Marín es el más paradigmático, cuando tenía encarrilada la semifinal en bádminton. A Jon Rahm se le escapó la medalla en golf cuando llevaba tiempo dominando la prueba. Algo similar ocurrió con Fátima Gálvez y Mar Molné en tiro. Otros representantes como Alberto Ginés, Ray Zapata, Adriana Cerezo o Ana Peleteiro no tuvieron su día en el momento clave.
En deportes de equipo ha habido resultados variados. La selección masculina de baloncesto, en pleno proceso de reconstrucción, cayó ante Australia y Canadá y derrotó a Grecia. Dio la cara en la despedida de Rudy y se quedó fuera de los cuartos de final por un triple empate en el que ha influido el basket average. No se esperaba medalla pero sí presencia en cuartos. No se le puede reprochar nada a la ÑBA.
Duro fue también lo del waterpolo masculino y el baloncesto femenino. En ambos deportes, tras una fase de grupos inmaculada con pleno de victorias, caímos en cuartos de final cuando no había red y llegaba la hora de las verdad. En waterpolo con Croacia, entonces campeona olímpica y en baloncesto frente a Bélgica, campeona de Europa.
Motivos para ser optimistas
En tenis se nos escapó la medalla de oro con un más que notable Alcaraz ante un superlativo Djokovic, pero el murciano nos regaló la plata en un gran torneo. Una lástima que por los problemas físicos de Nadal no fuera posible repetir en categoría de dobles. Excelentes en esta modalidad, por cierto, Sara Sorribes y Cristina Bucsa.
La cara, sin duda alguna, la ha dado el atletismo, con el doblete de María Pérez y Álvaro Martín en marcha y el oro de Jordan Díaz en triple salto. La vela, aunque quedó el sabor amargo con Jordi Xammar y Nora Brugman, nos dio el primer oro con Diego Botín y Florian Trittel. Y el piragüismo siempre nos genera alegrías, aunque se nos escaparon varias medallas por muy poquito.
El boxeo ha sido el deporte revelación para la delegación española en estos Juegos, con el bronce de Enmanuel Reyes, tras una decisión arbitral controvertida y la plata de Ayoub Ghadfa. Las grandes sorpresas la dieron el baloncesto 3x3 femenino y la natación artística. El judo abrió el medallero, si bien nos quedamos muy cerca de más éxitos.
Fútbol, waterpolo y balonmano
Y, sobre todo, hay que destacar el papel de la selección masculina de fútbol, que completó un doblete histórico Eurocopa-Juegos Olímpicos, derrotando a la anfitriona Francia en la final. También a la selección femenina de waterpolo que dio la sorpresa conquistando un oro impecable, el primero de la historia, y a los Hispanos, que se quedaron a centímetros de la final, pero respondieron con otro bronce.
Y un último dato que no puede pasar inadvertido. España finaliza París 2024 con 69 puestos de finalistas (top 8) superando los registros de Barcelona 1992 y a tres del récord de Atenas 2004. Son cinco oros, cuatro platas, nueve bronces, nueve cuartos puestos, 20 quintos puestos, 10 sextos puestos, siete séptimos puestos y cinco octavos puestos. Estamos presentes en el Top 8 y París 2024 debe servir de punta de lanza para mejorar resultados en Los Ángeles 2028.