Además, defendió la camiseta del Real Madrid entre 1993 y 1997, donde ganó dos Ligas y una Supercopa de España. En una entrevista con Flashscore, repasa su trayectoria y analiza la actualidad.
Pregunta: ¿Qué significa para usted crecer y debutar en el Athletic?
Respuesta: Es lo más increíble que te puede pasar cuando vives en una ciudad como Bilbao. Jugar en tu equipo con la filosofía que tenemos. Yo creo que es el sueño de cualquier niño de Bilbao: debutar con el Athletic y disfrutar de una carrera extensa. No tengo palabras para definir exactamente lo que significa para un crío debutar en el Athletic.
P: ¿Le ve futuro al Athletic?
R: Cada vez es más difícil nutrirte de los tuyos, de la esencia vasca. Pero temporadas como la del año pasado, donde el Athletic es capaz de meterse en Champions, eso te da un chute de energía. Y eso hace que, de repente, toda la gente que puede jugar en el Athletic ya empiece a notar otra vez el gusanillo. De que está otra vez el Athletic ahí arriba, un año es la Europa League, otro año la Champions.
Este año creo que vamos a entrar en Europa otra vez. Estamos viviendo una buena época y eso incentiva a que los chavales tengan esa ilusión, por ver que la filosofía que tenemos, que es muy difícil de sostener, está en auge.
P: ¿Cómo fue la historia de su fichaje por el Real Madrid?
R: La historia es increíble. Siempre que viene un equipo como el Madrid a ficharte es increíble porque yo nunca me hubiera imaginado que el Real Madrid me quisiera fichar. Yo, es más, yo quería jugar toda mi vida aquí. Lo que pasa es que ocurrieron ciertas cosas que hicieron que yo fuera al Madrid.
Los vestuarios son muy parecidos. Yo me encontré durante cuatro temporadas unos vestuarios en el Madrid espectaculares, que para mí era la sorpresa. Claro, yo venía de un ambiente muy nuestro, de conocernos y de repente vas a un sitio donde juegas con extranjeros. Yo no había jugado nunca con extranjeros.
P: Era todo más familiar en Bilbao.
R: Claro, se supone que era más familiar. Pero es cierto que cuando vas al Madrid, encuentras un vestuario superprofesional, con unos jugadores increíbles, de los cuales aprendí un montón. Tengo un muy buen recuerdo. Es diferente el ambiente, seguramente. El Athletic es más familiar, pero en el Madrid me encontré con muy buenos jugadores y muy buenas personas.
P: ¿Cómo fue su período de adaptación?
R: Yo tuve la suerte de que había ido al Mundial de Italia 1990 e hice amistad con Emilio Butragueño, con Míchel, conocía a Chendo...Había una serie de jugadores que más o menos ya me conocían. Rafa Martín Vázquez... Entonces, mi inclusión en el vestuario del Madrid fue bastante buena.
Había otros jugadores como Maqueda, con el que yo había jugado en la sub-18 o en la sub-16. Más o menos nos conocíamos y no me costó nada introducirme en ese vestuario, en ese ambiente, porque yo tenía buena relación con ellos y la verdad es que ellos me ayudaron y me lo hicieron muy fácil. Míchel era el más bromista. Hacía bromas normales, algunas pesadas y algunas muy pesadas.

"Romário te hacía trabajar poco, tenía dos o tres, pero te las clavaba"
P: ¿Recuerda algún clásico en concreto? O, ¿alguno que esté en su cabeza?
R: Recuerdo, obviamente, el primero que gané, que fue la Supercopa de España, que nos la llevamos en el Nou Camp. Y luego, obviamente, aquel famoso 5-0, donde Romàrio hizo la famosa cola de vaca. Pero no me acuerdo de ella, primero, porque era un genio Romário, y segundo, porque lo que me dolió de verdad es que fue el 1-0.
Ese gol nos hizo daño. Y luego yo, cuando acabó el partido, no era consciente de que alguien además le iba a poner un nombre a un regate. Además, no me acordaba ni de cómo había sido el regate. Yo de lo que me acordaba era de que habíamos perdido.
En la vuelta en el Bernabéu ya marqué a Romário de otra manera. Ha habido delanteros que me han hecho trabajar mucho más. Romário, el problema, es que te hacía trabajar poco, porque tenía dos o tres, pero te las clavaba. Y luego me acuerdo siempre de Lubo Penev.
Marcarle era una tortura durante 90 minutos. Una tortura de verdad, porque ese sí que iba al espacio, se desmarcaba, te pegaba, le pegabas, te empujaba, era un tío que me sacaba cabeza y media.
"Hierro es el mejor central que he visto en mi vida"
P: ¿Cómo se compenetró con Fernando Hierro?
R: Fernando y yo éramos muy amigos desde que nos conocimos, creo que en la sub-19 o en la sub-21. Y creo que conectamos muy bien. Éramos jugadores distintos, pero eso hizo que nos sincronizáramos muy bien cuando yo llegué ese primer año al Madrid, porque yo sabía perfectamente sus habilidades y él sabía las mías.
Era mucho mejor que yo en la salida de balón y en los duelos aéreos. Yo era más rápido que él, con lo cual me encargaba muchas veces de estar más atento, dependiendo del delantero que tuviéramos. Y eso no teníamos ni que decirlo, ya cuando salíamos al campo sabíamos cada uno cuál era nuestro rol. Y yo creo que a veces hay que aceptar cuando eres mejor en unas cosas que en otras.
Evidentemente, él ha sido para mí el mejor central que he visto en mi vida. Y yo tenía que aceptar que estaba jugando con un tío que era mejor que yo. Creo que esa fue una de las causas de la buena mezcla que hicimos.
P: ¿Qué recuerdos tiene de Ronaldo Nazário?
R: La mejor anécdota que tengo es que hubo un año, un Clásico que ganamos 2-0 en el Bernabéu en liga, y estábamos jugando Fernando (Hierro) y yo. Ronaldo Nazário tuvo tres oportunidades clarísimas. Y al día siguiente, lo que leíamos en el periódico, era como que Fernando y yo, la pareja de centrales, había sostenido a Ronaldo.
Nos mirábamos Fernando y yo decíamos: "Fíjate que todo lo que hicimos bien y aun así, tuvo tres ocasiones de gol claras". O sea, era un monstruo. Ronaldo era un monstruo, de verdad. Y esa es la anécdota, ¿no? Decir: "Hostias, lo debimos hacer bien, pero lo tuvimos que hacer mejor".
P: ¿Cómo cree que se adaptaría a los tiempos actuales?
R. Con sus cualidades, la potencia, la velocidad y la técnica... A mí Mbappé me recuerda mucho a Ronaldo en ciertas cosas, en esa carrera, en ese inicio que te deja atrás y no puedes con él. Es que no puedes con él, no le coges ya. Yo creo que a Mbappé todavía le queda un poco más para llegar al nivel de Ronaldo, pero tiene, tiene cosas que se empieza a parecer sospechosamente al gran Nazário.

P: Con España disputó tres Mundiales y una Eurocopa. ¿Con cuál se queda?
R: El Mundial de Estados Unidos fue muy potente, muy bueno. En el primero, simplemente debuté, jugué durante un partido 12 minutos en Italia contra Bélgica, y el de Francia fue un chasco para todos, porque no estuvimos bien. Pero el de Estados Unidos fue un gran Mundial. Un Mundial donde nos faltó eso que a veces hay que tener. No sé si llamarlo suerte o no, pero nos faltó algo.
No te digo para ganar el Mundial, que podía haber sido, pero sí para haber pasado alguna ronda más. Teníamos un equipo muy bueno, un entrenador muy bueno, con una mentalidad muy fuerte y creo que era un equipo donde había muchas cosas diferentes bien mezcladas.
P: ¿Ve a España como favorita para el Mundial 2026?
R: Sin duda. Primero, porque creo que son los que mejor juegan, con balón y me atrevería a decir sin balón también. Yo creo que tienen muy claro lo que tienen que hacer. Tienen un entrenador muy bueno, Luis. Les conoce a todos desde que eran críos y ahora mismo me atrevería a decir que, con Argentina y con Francia, son los máximos candidatos al Mundial.
P: Usted fue asistente de Míchel en el Olympique de Marsella y en el Olympiacos. ¿Cómo recuerda esos tiempos?
R: Aprendí mucho con Míchel, sobre todo a la hora de ordenar mi trabajo. Porque tenía que hacer ciertas cosas que eran fundamentales para él y para entender, sobre todo, a los equipos contrarios. Y ahí aprendí mucho, también a tener otra relación con los jugadores, muchas veces un poco más cercana que el entrenador principal, porque te encargas también de solucionar cosas hablando con ellos.
No obstante, noté que yo no era entrenador porque no tenía esa pasión como tenía Míchel. O como tienen, no sé, los Arteta, los Guardiola, los Xavi. Creo que me faltaba algo para meterme al 100 por 100 si hubiera querido ser primer entrenador. Por decirlo de alguna manera, me faltaba algo. Y luego me di cuenta de que lo que me gustaba eran más los despachos que estar ahí, pero tengo un gran recuerdo de las dos experiencias.
P: Ya que lo menciona, y como usted ha sido director deportivo del Athletic, ¿qué cualidades debe tener una persona en ese cargo?
P: Te tienes que equivocar poco, porque no tienes mucho margen. Tienes que tener un gran scouting también. Aquí tenía la suerte de que sólo podía fichar los de aquí. Pero también tenía que intentar que no se escaparan, que fue para mí mentalmente, personalmente, una tarea muy dura. Pero un director deportivo, yo creo que aparte de tener un buen equipo, tiene que tener también mano izquierda con los jugadores. Es muy importante que haya jugadores que cuando tengan algún problema tengan la confianza de subir a tu despacho y te digan lo que ellos sienten en ese momento. Y tú saber qué es un equipo.

"Deco puso a los pies de los caballos a un chico con contrato en el Athletic"
P: ¿Cómo ha visto el caso Nico Williams?
R: Lo primero, estoy muy contento de que siga con nosotros. Eso es lo mejor de todo. Con un contrato además largo, muy merecido. Estas dos últimas temporadas, el Barcelona no ha sido contundente. Si tú eres contundente, te lo llevas. Si el chico está de acuerdo, que parecía que sí, según las informaciones que teníamos. Pero no fue contundente ni el año pasado ni este.
Y luego a mí me pareció mal, o es algo que yo no hubiera hecho, lo que hizo Deco, que es el director deportivo del Barça. Poner a los pies de los caballos a un chico con contrato en el Athletic. Entonces, claro, a mí eso, por ejemplo, me chocó mucho, sabiendo que Deco ha sido jugador de fútbol y que sabe las arenas movedizas que se mueven alrededor de estas circunstancias.
Lo que creo es que los representantes de Nico hicieron bien en decir al Barça: "Bien, si no tienes ningún problema con el chico, fírmanos una de estas cláusulas en el contrato" y ya está. Y el Barça dijo que no porque sabía que no lo podía hacer al 100 %. Y ya está, no hay más película que esa. La cuestión es: ¿por qué no firmó el Barça esa cláusula? Porque sabía que no tenía el 100 % de la certeza de poder meter al jugador desde el primer partido de Liga. El jugador y sus representantes dijeron que se quedaban aquí y ya está.