Centro de datos del Real Sociedad-Athletic Club
A cada uno de nosotros le gustaría ser futbolista por vivir ambientes como el del derbi vasco. Rivalidad sana, un estadio lleno con aficiones mezcladas y la posibilidad de convertirte en héroe de los tuyos. El vacile posterior al vecino también mola. Lo que ocurre es que, a veces, en esa atmósfera llena de presión, el nivel de juego baja enteros sobre lo esperado. Y el fútbol no es el esperado, aunque se sustituya por la intensidad.
Mucho de eso hubo en la primera parte de este 194º duelo entre la Real y el Athletic. Ni un centímetro dejaban los unos a los otros, con la orden clara a los defensas de no permitir que los Oyarzabal, Barrene, Berenguer o Guruzeta pudieran darse la vuelta y encarar. De ahí las numerosas faltas e interrupciones. Tuvo que ser a balón parado cuando por fin se pudo ver una jugada de peligro: una acción ensayada que culminó Carlos Soler con una volea que despejó Unai Simón con muchos apuros. Luego tendría Oyarzabal otro remate que envió muy desviado.
La reacción de los rojiblancos fue tímida. Sin los Williams y con Jauregizar y Galarreta bien tapados, apenas inquietaron a Remiro salvo en un cabezazo de Guruzeta que se marchó arriba.

El gol (o centro) del cojo
En esas, con tanto juego físico, Barrene se rompió. El orgullo le hizo seguir con un vendaje extremo que le permitió hacer una última carrera, un último esfuerzo para centrar al primer palo. Oyarzabal remató, Unai Simón despejó en corto y Brais Méndez recogió el rechace en el área chica para meter el 1-0. Todos se fueron a felicitar al soldado caído que ya no pudo hacer nada más en el derbi.
La alegría txuri-urdin, sin embargo, duró poco. El gol había llegado en el minuto 37. Y solo cuatro después, Gorosabel, quien llevaba tiempo quejándose de su brazo izquierdo, sorprendió a la zaga colándose en el área local y centrando atrás para que Guruzeta marcase casi a placer el tanto del empate.
Al ecuador se llegó con el susto de Vivian, que se marchó a los vestuarios con una enorme brecha en la cabeza provocada por un choque de su compañero Laporte.

Guedes se reconcilia con el gol
Sin tiempo para que los jugadores del Athletic, metafóricamente, se atasen los cordones, la Real ya tenía la energía a tope para usarla en el primer minuto de la reanudación. Un control orientado de Guedes le hizo plantarse ante Unai Simón y el portugués, que no había marcado en todo 2025, tiró de exterior para poner el 2-1 en el marcador.
Fueron momentos duros para los de Ernesto Valverde, quien ya no pudo esperar más para meter a Nico Williams en el campo. Con el 10, los leones buscaron más las bandas, asumiendo más riesgos en defensa. Se llevaron un buen susto que quedó en nada después de que el VAR anulase la diana de Zakharyan a pase de Kubo tras un grave error de Unai Simón. Pero el japonés partió de fuera de juego. Y lograron su premio al riesgo cuando Robert Navarro aprovechó un despeje de Remiro al palo tras una peinada de Vivian para volver a firmar las tablas.
Hasta el final, cree la Real
Aún quedaban algo más de una decena de minutos y la balanza podía inclinarse hacia cualquiera, si bien la impresión es que la Real siempre tuvo un punto más de todo que su archirrival... y entonces Anoeta estalló de júbilo cuando Gorrotxategi, en el 90+1, enganchó un balón en el área que coló en la escuadra. Le pegó con el alma, como canterano de los guipuzcoanos de toda la vida, qué mejor manera de estrenarse como goleador en Primera que marcando el tanto de la victoria ante el Athletic. Aquello del héroe de lo que hablaba al principio.
Pues así ganó la Real, dejando en crisis a un Athletic que suma ya tres partidos seguidos sin ganar en Liga.

Jugador Flashscore del partido: Brais Méndez (Real Sociedad).
