Osasuna regresaba a LaLiga después recibir una goleada en el Bernabéu en la última jornada previa al parón de selecciones. El Sadar es un espacio ideal para que los rojillillos salden sus deudas y despejen las incógnitas que rondan en torno al juego y a la regularidad.
Ante las dudas, nada mejor que los goles para silenciarlas. Y si existe un delantero en LaLiga que se ha convertido en un referente ofensivo es Budimir, autor de dos anotaciones (ambas vía penalti, 19' y 26') que le han permitido a los dirigidos por Vicente Moreno marcharse hacia los vestuarios con un cómodo 2-0 a favor.
La segunda mitad inició con fuerza y con el ingreso de Gerard Moreno. Terrats se retiró al banquillo. Nada más al empezar, Diego Conde se lució con una parada que evitó el tercero de Osasuna. Sergio Herrera, un minuto más tarde, respondió con una mano fenomenal que le sacó un gol cantado a Barry.
Yeremy y Baena meten miedo
El ingreso de Gerard Moreno le brindó algo más al Villarreal. Los de Marcelino insistían y buscaban la portería de Sergio Herrera. Yeremy, tras realizar una buena jugada por la banda, le filtró un pase perfecto a Baena. El centrocampista español definió casi desde el punto de penalti y recortó distancias en el 66'.
Sergio Herrera se convertía en el héroe de Osasuna. El portero demostró sus capacidades durante la segunda parte y resistió las constantes embestidas del submarino amarillo. Los locales se decantaron durante los últimos minutos a aguantar el resultado. El Villarreal, en cambio, salía en tromba ( y en algunas ocasiones perdiendo la calma) con la intención de igualar el marcador.
En el tramo final, lo último que quería Osasuna era una pelota quieta y las desconexiones de la defensa rojilla le brindaron a los visitantes un córner. Baena, con su clase magistral, puso un balón colgado, engañoso, al área de Osasuna. Lucas Torró frenó con un agarrón a Logan Costa y el colegiado decretó penalti en el descuento. Gerard Moreno, con su tranquilidad habitual, definió el 2-2.