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Por qué ha sido el Barcelona el campeón de Liga y el dominador del fútbol español

Los jugadores del Barcelona celebran la victoria en el último Clásico
Los jugadores del Barcelona celebran la victoria en el último ClásicoGóngora / NurPhoto / NurPhoto via AFP
El Barcelona es el campeón de LaLiga 24/25 con todo merecimiento. Fue el más fuerte con un inicio espectacular y supo recuperarse de una manera extraordinaria de un enorme bache entre noviembre y diciembre para emerger, con un fútbol de alta escuela, como el gran líder del fútbol español en el presente curso.

Tras el controvertido adiós de Xavi Hernández, quien más quien menos pensaba que el Barcelona, de la mano de Hansi Flick y sin posibilidad de grandes fichajes por sus problemas con el límite salarial, viviría una campaña de transición. Y más teniendo en cuenta que su gran rival, el Real Madrid, venía de conseguir el doblete Liga y Champions League.

Pero el técnico alemán cayó de pie y se encontró con un vestuario con un hambre voraz. Con un estilo atrevido, muy arriesgado, y a pesar de la grave lesión de su capitán, Ter Stegen, los resultados aparecieron desde el principio: ganaron los siete primeros partidos de Liga. Llegaron a disfrutar de una renta de cinco puntos sobre los blancos... hasta que les llegó una crisis gigantesca en los dos últimos meses de 2024. 

Al comenzar la segunda vuelta de LaLiga, y con la amenaza de no poder contar con Dani Olmo el resto del campeonato por sus problemas económicos, los azulgranas se encontraban a siete puntos del Real Madrid, que mandaba en la clasificación. Cuatro jornadas más tarde, ya metidos en febrero, había recuperado el liderato, que ya no ha abandonado hasta proclamarse campeón.

Hansi Flick y el renacer de Raphinha, Lewandowski o Koundé

Los refuerzos de Dani Olmo y de Pau Víctor, el regreso de Éric García, además del posterior fichaje de Szczesny, fueron las únicas novedades en la primera plantilla culé. Pronto emergieron canteranos que no habían tenido continuidad con Xavi como Marc Bernal o Marc Casadó. El segundo cogió el testigo del primero cuando se rompió la rodilla e incluso se ganó la vitola de internacional con España. Y, por supuesto, el renacer de Lewandowski y Raphinha, a los que su predecesor no quería, más la infinita evolución de Lamine Yamal o la regularidad de Pedri. Incluso la aportación de Ferran como 12º hombre. Todos esos han sido argumentos para justificar la victoria del Barça bajo el mandato de un Flick que ha sabido levantar el vestuario con una mentalidad a prueba de bombas. 

A todo ello, hay que unir la aportación de Frenkie de Jong en la medular, después de perderse los primeros partidos del curso por una lesión de tobillo que arrastraba del ejercicio interior. El técnico del Inter, Simone Inzaghi se quedó prendado de sus prestaciones tras las semifinales de Champions. "Se ha hablado mucho de Lamine Yamal, pero vi a otro jugador increíble como De Jong que me impresionó por su nivel. Siempre bien posicionado para ayudar a la defensa, siempre preparado para despejar el balón. No cambiaría a mis jugadores por nadie en el mundo, pero Frenkie me impresionó; fue algo sensacional".

Por supuesto, a esa gestión psicológica se le ha unido un trabajo con y sin balón que ha dado frutos espectaculares, pasando con creces de los 160 goles en todas las competiciones. Sin la posesión, siempre con la línea defensiva en el centro del campo, actuando como un acordeón con la presión de los centrocampistas y delanteros, achicando espacios, ahogando al rival en su salida de balón y robando cerca del área contraria. Con el balón en los pies, ha sido un espectáculo ver de nuevo las asociaciones interiores en la frontal del área enemiga, o como se abría el campo con los extremos permitiendo las subidas de los laterales ofensivos, como el reconvertido Koundé. 

Se nota cuándo está trabajado un equipo y el Barcelona lo ha demostrado cuando hacía falta. Especialmente en los Clásicos, habiendo ganado todos. Dos de ellos, en las finales de la Supercopa de España y de la Copa del Rey. El último, el que les acercó definitivamente al título de Liga. 

La Masía, al poder

La cantera suele ser la solución cuando no se tiene dinero para acudir al mercado. El Barcelona se gastó todo lo que tenía y más de lo que se le permitía por LaLiga en Dani Olmo, un excanterano que se marchó de adolescente a Croacia. En plena madurez, campeón de Europa con España, Olmo ha expresado su talento a cuentagotas, mermado a veces por los problemas físicos. Así que han sido otros los que han tirado del carro la mayor parte del tiempo. 

Ni que decir tiene que el que más ha sido Lamine Yamal, aún sin cumplir los 18 años, y al que muchos ya meten en las quinielas del próximo Balón de Oro. Pero el de Rocafonda, como decíamos, no ha sido el único. Pieza que colocaba Flick en el campo, pieza que triunfaba. Buscando un 'nuevo Busquets' se ha encontrado a dos, los Marc, Bernal y Casadó. Fermín ha dado un paso más tras un verano sensacional como campeón europeo y olímpico. Y Gavi ha sido a ratos Gavi, tan amado por los suyos como odiado por el resto, pero siempre aportando. 

En la zaga se ha confirmado Cubarsí, indiscutible en la zaga haciendo prescindible a los Christensen o Araújo. Incluso dos 'proscritos' como Éric y Gerard Martín han espabilado al final mostrando sus virtudes y reivindicando el por qué forman parte del ya nuevo campeón de Liga. 

En definitiva, un Barça compacto y global, capaz de golear a cualquier rival y de protagonizar remontadas imposibles. Sólo ha fallado en Europa, donde el Inter le cogió la medida. Pero en España se lleva el triplete Liga, Copa y Supercopa. Y amenaza con más.