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La Leagues Cup: el patético capricho de los directivos mexicanos

La Leagues Cup: el patético capricho de los directivos mexicanos
La Leagues Cup: el patético capricho de los directivos mexicanosSTACY REVERE / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP
En un país donde el ascenso y descenso se define por medio de una simple transacción económica, la Leagues Cup, el invento binacional para recaudar dólares, interrumpe otra vez el arranque de la Liga MX para recordarle a todo aquel que tenga duda que los directivos mexicanos priorizan el dinero por encima de cualquier otra cosa.

En medio de una férrea crítica de la gente por el constante menosprecio del campeonato mexicano por parte de los directivos mexicanos, el francés André Pierre Gignac, baluarte de la Liga MX, se unió a las críticas contra la Leagues Cup en una rueda de prensa de 2024 y su declaración quedó como bandera de quienes quieren, al menos por una vez, que la pasión y la competitividad sean la prioridad absoluta. 

"No creo que en Europa el Marsella hubiera aceptado parar un mes el torneo local para ir a otro país a competir uno internacional”, dijo Gignac en una rueda de prensa previo al All Star Game 2024, otro bodrio inventando de los directivos mexicanos con la MLS de Estados Unidos. “Pero es parte del crecimiento de dos ligas, de una rivalidad. Estados Unidos es show”. 

Ese show, instalado en otras ligas deportivas como la NBA, la MLB y la NFL ha fungido como oráculo para la visión empresarial de los directivos mexicanos, quienes han logrado que la MLS acceda a engendrar competencias binacionales —siempre en suelo estadounidense, por aquello de la recaudación en dólares—, aprovechando el fuerte lazo migratorio entre ambos países. 

Lo que empezó con un acuerdo millonario con la empresa SUM para que México haga más de local en Estados Unidos que en suelo mexicano, terminó evolucionando a nivel clubes con la Leagues Cup: una competencia que desde su creación formal hace un par de años provocó críticas constantes y airadas por convertir a los equipos de la Liga MX en un circo itinerante por varios estadios de la MLS con un trofeo de pretexto. 

Fue esa declaración de Gignac la que terminó consolidando un reclamo generalizado de una afición ya de por sí dolida que añora cada vez más la participación mexicana en la Copa Libertadores, una competencia de una envergadura mayor donde los futbolistas latinoamericanos terminan curtiéndose a base de vuelos largos, patadas airadas y pasión entregada a la gloria deportiva. 

Conscientes de que tienen nulo respaldo de la afición mexicana, los directivos mexicanos intentaron para la edición 2025 de la Leagues Cup encontrar la manera de conceder un poco de carácter competitivo al invento entre los dos países. Por eso, con bombo y platillo, como fingiendo que lo que ocurre en la cancha es lo que más les importa a los de pantalón largo, la Liga MX anunció que el torneo binacional le dará pase directo a la Champions Cup de la Concacaf a los tres primeros equipos de la competencia. 

Un premio que los directivos pretenden que sea lo suficientemente atractivo para los 18 equipos mexicanos que participan. En las dos pasadas ediciones, ningún cuadro de la Liga MX ha terminado entre los primeros tres lugares; una afrenta para la visión monetaria de los dirigentes que desean, casi por encima de cualquier otra cosa, que la Leagues Cup termine de afianzarse. 

No obstante, a pesar de las plazas para la Champions Cup prometidas, la Leagues Cup ha arrancado de la misma manera que en cada una de las ediciones en las que se ha disputado: con una marcada indiferencia ante lo que ocurre en cancha en medio de sendas críticas de una afición que, así como Gignac, no entiende que el campeonato mexicano sea ninguneado de una manera tan atroz al interrumpirse y que la pasión por sus colores cada vez importe menos.