La siempre presente ilusión que genera el Club Deportivo Guadalajara en su gente volvió a activarse este domingo, tras una contundente goleada del cuadro rojiblanco en su primer partido de pretemporada disputado en el icónico Irapuato, con una actuación sobresaliente de Ángel Sepúlveda, el delantero recién llegado de Cruz Azul.
El Estadio Sergio León Chávez del cuadro fresero se atiborró de aficionados de Chivas, uno de los equipos más populares del país, quienes pudieron ser testigos del buen ritmo y accionar del cuadro de Gabriel Milito, entrenador que ha sabido imponer su estilo pero que deseaba tener a un delantero como Sepúlveda que supiera ser eficaz en el área y, al mismo tiempo, participar de la construcción de juego.
El peso de Sepúlveda
La irrupción de Armando González como goleador del equipo fue una gran noticia para el Rebaño Sagrado. El canterano rojiblanco ha sabido entender el peso de la camiseta que defiende y llevar sobre sus hombros el peso de ser la esperanza de hacer daño del equipo. No obstante, la dirigencia y el cuerpo técnico esperan que la llegada de Sepúlveda sirva para afianzar la competencia interna y despierte nuevos procesos creativos.
En 45 minutos disputados este domingo, parece ser que Sepúlveda entendió lo que el equipo requiere de él. Con 34 años cumplidos y con un paso previo e intrascendente por el Guadalajara, sabe que tiene ante sí una revancha que llevaba tiempo anhelando tener en sus manos. Dos asistencias, pero sobre todo la buena lectura de juego que mostró dejó muy satisfecho a Milito.
La deuda con la gente
La afición del Guadalajara, siempre pendiente de su equipo, anhela que Sepúlveda sea la pieza que el buen accionar de Milito en cancha necesitaba para dar el paso definitivo hacia un título que se le viene negando desde 2017, cuando otro argentino, Matías Almeyda, supo emitir un mensaje que caló en las entrañas del club y que a la postré dejaría varios títulos en las vitrinas.
Con el Mundial a la vista, Chivas sabe que no puede darse el lujo de quedarse, otra vez, con el premio de las buenas intenciones y los picos de juego alto que se dejaron ver durante gran parte del campeonato.
Esa presión, intrínseca y de toda la vida, también se ha agigantado con el reciente buen andar del América, su clásico rival, que ha sabido ganar un tricampeonato soñado que lo ha alejado a cuatro títulos de diferencia. Además de lo logrado por el glorioso Toluca, que ya ha empatado a Chivas en títulos.
