En la municipalidad portuguesa de Leiria hay una estatua de gran tamaño del arquero Rui Patricio que emula la atajada que le hizo al francés Antoine Griezmann en la final de la Eurocopa de 2016 en la que la selección lusitana se coronó como la mejor del continente por primera vez en su historia.
Junto a Cristiano Ronaldo, el portero canterano del Sporting de Lisboa se consagró como uno de los futbolistas más preponderantes en la historia del fútbol portugués por su papel durante esa justa inolvidable para un país que se había cansado de tener jugadores de gran talento pero sin el temple necesario para lograr campeonatos.
Ese carácter, junto a un liderazgo innato que no se puede comprar en ninguna parte, fueron los principales atributos que Rui Patricio mostró en cada aparición bajo los tres palos de la selección, al mismo tiempo que consolidaba una carrera en clubes en los que siempre terminaba de ser garantía.
Con eso en el recuerdo, y a pesar formar parte de la triste participación del Al Ain de Emiratos Árabes Unidos en el pasado Mundial de Clubes, los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) comenzaron conversaciones con el portugués, agente libre, para que se convierta en el dueño de un arco pesado e histórico en el fútbol mexicano.
Una necesidad que se agudizó en contundente derrota del cuadro universitario en la Jornada 1 del recién iniciado Apertura 2025 frente al Santos de Torreón, en el que el arquero debutante, Rodrigo Parra, de 17 años, cometió un grosero error que le costó un gol a su equipo y que provocaría que el joven llorara desconsolado.
En medio de la paliza mediática contra el equipo y su adolescente portero, todavía con la herida fresca por no haber podido concretar el fichaje del costarricense Keylor Navas desde Newell’s Old Boys de argentina, la directiva de Pumas acercó un ofrecimiento al histórico Rui Patricio, quien de entrada no ve con malos ojos vivir en el sur de la Ciudad de México a sus 37 años.
Una noticia que cae como una fresca brisa en pleno verano para la gente de Pumas que lleva sufriendo 14 años sin ver a su equipo campeón, pero sobre todo, en general, viendo como la jerarquía y prestigio de un equipo grande es lastimado torneo tras torneo con actuaciones muy lejanas de la pasión de su siempre caliente grada.
Por eso, ante la noticia, es imposible que no puedan disimular la ilusión de ver con su camiseta a un campeón de Europa, sobre todo, en un puesto en el que gozaron de las locuras de Jorge Campos y la categoría y liderazgo de Sergio Bernal, entro otros grandes arqueros de su historia.
Un legado que Rui Patricio ya sabrá por estas horas y, desde su voraz competitividad, querrá encumbrar con la ilusión de que, por qué no, pronto otra estatua suya se pueda levantar en el suelo de la prestigiosa UNAM, un patrimonio de la humanidad que quiere terminar para siempre con la hambruna de júbilos futbolísticos.