El legado herido de Javier ‘Chicharito’ Hernández

El legado herido de Javier ‘Chicharito’ Hernández
El legado herido de Javier ‘Chicharito’ Hernández SIMON BARBER / Getty Images South America / Getty Images via AFP

La carrera de Javier Hernández es una de las más emblemáticas del fútbol mexicano. Querido hasta el tuétano en Manchester y recordado con cariño en Madrid, el ‘Chicharito’ volvió a Guadalajara para completar su vida futbolística a lo grande. Una misión que culminó en fracaso entre mala suerte y pésimas decisiones.

Javier Hernández nunca fue el más talentoso en los equipos en los que jugó desde niño. A pesar de ser hijo de un exfutbolista profesional, el Chicharito supo pronto que ni su apellido ni su forma de jugar iban a ser suficiente para llegar a los sitios llenos de gloria que su cabeza dibujaba todas las noches a la hora de irse a dormir. 

Fue su perseverancia y el hambre de gloria la que construyeron una mentalidad férrea forjada desde una disciplina inquebrantable lo que le otorgaron los frutos de su pasión entregada a la pelota. Y cuando, una vez en Primera División, tuvo dudas sobre si era capaz de pertenecer a la élite, Hernández supo reinventarse para sobresalir. 

Esa forma de ser, rara en un país como México, generó una idolatría casi inmediata, gracias en parte por haber debutado en el Club Deportivo Guadalajara, uno de los clubes más grandes y queridos del fútbol mexicano. Una palestra que lo puso ante la mirada atenta y escrutadora millones de personas y, lejos de afectarle, lo estimulo para llegar a Europa y construir un legado de ensueño que parecía a prueba de todo; hasta que volvió del viejo continente. 

El hambre que se fue

Su traspaso, silencioso y bien curtido, al Manchester United sorprendió a todo el país que estaba a sus pies gracias a la impresionante racha goleadora que logró en el Bicentenario 2010 al anotar ocho goles en cinco partidos. Una capacidad que fue valorada por un scout del equipo de Ferguson, quien de inmediato quiso hacerse con sus servicios. 

Su etapa en Manchester es, sin duda, la tercera más gloriosa de un futbolista mexicano en Europa, solo por detrás de la construida por Rafael Márquez en Barcelona y Hugo Sánchez en Madrid. Su carisma y capacidad para anotar lo hicieron un consentido de la gente y su fama se disparó hasta las nubes. 

Y si un día supo que sus días en el equipo más grande de Inglaterra estaban contados, la llamada del Real Madrid también fue un premio a su disciplina y a la insaciable hambre que seguía mostrando desde su debut en México. En medio el furor por verlo en el club de Hugo Sánchez, nadie se imaginaba que aquel 2015, con 27 años cumplidos, iba a ser inicio del ocaso de una carrera extraordinaria. 

Porque aunque faltaba verlo en buenos partidos con el Bayer Leverkusen y anotar en Rusia 2018, la carrera de Hernández comenzó a decaer mientras él se iba concentrando más en querer vivir para disfrutar del fruto de su trabajo que en volver a reinventar el hambre voraz que lo habían enaltecido. Su fichaje a Los Ángeles Galaxy fue la confirmación de que Chicharito había dejado de ser un futbolista de élite. 

Chivas y el sueño incumplido

Tuvieron que pasar tres años y una rotura de ligamento cruzado en su rodilla derecha para que Hernández decidiera salir de Los Ángeles y volver a Chivas, donde fue recibido con un estadio lleno y el cariño inconmensurable de la gente que estaba anhelando verlo vestido de rojiblanco. A partir de ese punto, todo fue en picada. 

Tras una larga espera debido a su grave lesión, Chivas vio debutar a su hijo pródigo y toda su gente supo que ya no era el mismo de antes. No sólo por su edad, casi rozando los 36, sino por una actitud muy alejada de la que un día enamoró a Sir Alex Ferguson. Endiosado por sus propios méritos, Chicharito comenzó a jugar poco y a hablar mucho. 

Sus polémicas por comentarios machistas marcaron un antes y después en la relación con el club. El hartazgo por su mal rendimiento en el campo -jugaría 40 partidos en dos años con cuatro anotaciones- se dinamitó con su pose de hombre empedrado en busca de rescatar una supuesta masculinidad en peligro de extinción. 

Para colmo, el proyecto de Gabriel Milito en el Guadalajara comenzó a tener forma. Y, mientras muchos se quedaron esperando que lograra motivarse por el buen paso del equipo, su aporte, según el propio club, fue más de consejero para las nuevas generaciones y no dentro del terreno de juego donde una afición leal lo esperaba. 

En su último partido, ya con el secreto a voces de su partida, Chicharito vivió en carne propia eso de que el fútbol es celoso y siempre quiere ser prioridad. Dos años tristes y melancólicos tuvieron un final esperado: un penal fallado cerca del final de los cuartos de final del Apertura 2025 frente a Cruz Azul que confirmó la eliminación de Chivas.

“Equivocarse es inevitable y más si quieres crecer (…). No hay éxito sin caídas, ni crecimiento sin sombra. No busco ser perfecto, busco ser real. Gracias a todos”, dijo Hernández en un mensaje de despida este jueves, justo después de que el club anunciara su salida. Otra vez, hablando más afuera que adentro de la cancha.