Gabriel Milito le dio el sí al Club Deportivo Guadalajara para encargarse de la dirección técnica del equipo de Primera División. Tras un mes sin entrenador e innumerables rumores sobre el elegido para llevar las riendas de Chivas, la dirigencia rojiblanca apuesta todo por el argentino que vivirá su tercera experiencia fuera de su país.
Con la urgente necesidad de erradicar la paupérrima imagen que el equipo ha dejado en los últimos tiempos, Milito aceptó la propuesta tras una semana de análisis profundo de una plantilla repleta de jugadores jóvenes y una necesidad de recobrar el camino que su historia exige.
Un reto a la altura del entusiasmo de Milito, quien se siente con la capacidad de corregir el rumbo de un equipo que últimamente ha deambulado a la deriva y con el poder de saber convencer a sus futbolistas.
El balón como eje de todo
Milito llega a Guadalajara con sus conceptos bien fundamentados como entrenador: tener la pelota. Ya sea para atacar y hasta para defender, el argentino intentará que Chivas se acostumbre a la idea de salir a proponer en cualquier cancha y ante el rival que sea. Un concepto que le exige su gente.
Sin embargo, la duda respecto a lo que pueda ocurrir en el terreno de juego pasa por el hecho de si Milito podrá imponer esta idea con un grupo de jóvenes futbolistas y sin apenas referentes de peso, luego de que el regreso de Javier ‘Chicharito’ Hernández resultó ser una gran decepción por la actitud del exjugador del Manchester United. En el club, aseguran fuentes, están hartos de no haber encontrado al líder positivo que esperaban tener en el vestidor.
A favor, el técnico se encontrará con un plantel receptivo que supo ser convencido por Veljko Paunović, Fernando Gago, pero sobre todo por Matías Almeyda, el último entrenador campeón con Chivas y quien supo encontrar las palabras precisas para convencer a un plantel repleto de mexicanos que descubrió en su interior un hambre feroz por ganar.
A diferencia del Pelado, que no era tan fundamentalista respecto a la posesión de la redonda, el exentrenador del Atlético Mineiro, Estudiantes, O’Higgins, Independiente y Argentinos Júniors intentará hacerlo siempre con la pelota en la mente, aunque con un propósito: "Los pases tienen que servir para algo. Puedes tener la posesión, pero si no pateas al arco no me gusta. Tener la pelota para dominar, sí. Pero si no sabes qué hacer con ella, es mejor que la tenga el rival", explicó Milito en una entrevista reciente.
Obsesivo de la táctica, algo que aprendió de su exentrenador y mentor Pep Guardiola, Milito trabaja incansablemente en de cada detalle a la hora de preparar un partido. Cuando llega el momento del cotejo, el argentino suele saber la mejor forma, desde su filosofía, de enfrentar las debilidades del adversario. Un método que ha encendido la ilusión en Guadalajara, con la esperanza de que tiempos mejores, anhelados por si fiel gente, lleguen por fin al edil del rebaño.
Un proyecto ¿a largo plazo?
Sin embargo, más allá de las aptitudes de Milito, la afición de Chivas sigue dolida por lo ocurrido con Fernando Gago, quien dejó tirado al equipo en plena competencia cuando recibió el llamado de Boca Juniors. Y aunque una cláusula millonaria fue abonada para liberarlo, la decisión del exjugador del Real Madrid, que había construido un plantel cercano a él, provocó un fuerte tumulto en el Guadalajara.
Una preocupación que seguirá vigente con Milito: el argentino no ha podido cumplir ningún plazo contractual que ha firmado con los equipos que lo contrataron y sólo en Argentinos Junior acordó una renovación que también fue interrumpida por una renuncia tras malos resultados.
Para colmo, Independiente tendrá un año electoral en 2026. El club de Avellaneda, un grande del fútbol sudamericano, vive un momento dulce luego de varios años de descalabros deportivos y malos manejos diligenciares. El sueño de Milito, formado en las divisiones inferiores del Rojo, es ser presidente del club. Muchos pronostican que encabezará una lista el próximo año.