Toluca es bicampeón de la Liga MX y consolida su grandeza en el fútbol mexicano

Toluca es bicampeón de la Liga MX y consolida su grandeza en el fútbol mexicano
Toluca es bicampeón de la Liga MX y consolida su grandeza en el fútbol mexicanoHECTOR VIVAS / Getty Images South America / Getty Images via AFP

Los Diablos Rojos del Toluca lograron su campeonato 12 en su historia en una final inolvidable que se definió en una extenuante tanda de penales. El cuadro escarlata es ahora bicampeón de México de la mano del entrenador argentino, Antonio Mohamed, quien ha conquistado su quinto título en el país.

Toluca se coronó bicampeón del fútbol mexicano tras una final de infarto que se definió en una larga y emocional tanda de penales que culminó Alexis Vega, ícono y canterano del club, que llevaba un mes y medio sin tener actividad por una dura lesión que lo dejó afuera de la parte final del campeonato y de toda la liguilla hasta esta final de vuelta. 

Los Diablos Rojos logran un bicampeonato anhelado desde el principio de este Apertura 2025, sumando su estrella 12 en su historia, consolidando una grandeza que ya pocos pueden discutir. Un título que tuvo que arrebatarle a Tigres, un poderoso y de cartera amplia que ha vivido recientemente la mejor época de su existencia. 

Fue una final que comenzó a jugarse antes del propio partido con decisiones de Antonio Mohamed y Guido Pizarro que retumbaron en el argot futbolístico del país. El Turco sentó al arquero Hugo González tras su error en el partido de ida que le dio el triunfo a Tigres, apostando por Luis García; una decisión que sería trascendental. Enfrente, la presencia de André Pierre Gignac tuvo sus aires de nostalgia para la afición felina, pero no dejó de ser una sorpresa al ver en el banco a Nicolas Ibáñez. 

Un duelo de estrategia, desde las visiones de dos entrenadores pensantes y con variantes de sobra para cambiar el rumbo de cualquier partido, se plantó de lleno en la cancha del Nemesio Diez donde una grada repleta y roja empezó a empujar a los suyos desde horas antes de la final de vuelta. Construyendo un relato apasionante que el fútbol mexicano valorará durante mucho tiempo. 

El ahínco pasional del Toluca

Ese aliento tuvo su efecto, incluso en la adversidad que pocos imaginaban. Un gol del uruguayo Fernando Gorriarán en el primer tiempo puso el 0-2 en el global y parecía que el camino a la novena estrella del cuadro regiomontano se abría sin oposición alguna, mientras los Diablos Rojos intentaban hacer valer su localía.

No obstante, empujado por su gente y el deseo de ser bicampeón, Toluca encontró en el brasileño Helinho, un extremo que, de proponérselo, puede comerse la liga en un bocado, la llave para inquietar al equipo de Pizarro. Empujado por el ahínco escarlata y, tal vez, condicionados por la ventaja de dos goles, el cuadro felino se resguardó en su propio campo y sin poder defenderse con el balón. 

Ese contexto terminó por darle a Helinho un panorama en el que su habilidad para regatear se envalentonó sin medida. Un disparo poderoso de zurda al segundo palo de Nahuel Guzmán puso el empate y el 1-2 en un global que perdió de tajo su mote de insuperable, volviendo a la gente del Diablo. 

Con los dientes apretados, ambos equipos comprendieron pronto que era necesario dominar la narrativa del partido. Sin achicarse y sin ganas de calmarse, los ánimos se fueron caldeando entre insultos y entradas fuertes. El medio tiempo terminó siendo una pausa más emocional que física justo cuando varios brotes de discusiones comenzaban a entrar en otro umbral de violencia. 

La segunda parte fue tomada desde el principio por los Diablos Rojos, quienes entendieron que tenían el dominio mental del compromiso. Le bastaron siete minutos tras el descanso a Paulinho, un delantero que ya es de época en México, para hacerse presente en el marcador y desatar la locura en una bombear ya de por sí caótica. El 2-2 global estipuló lo que los pronósticos estipulaban: una serie pareja. 

Los nervios por delante

Una vez mostradas las armas y con heridas en sus cuerpos, ambos equipos intentaron imponerse desde las ganas de ser campeón pero ya sin las fuerzas físicas que se iban aminorando con el correr de los minutos. Por si fuera poco, el nervio multitudinario de la grada se fue instalando de lleno en la cancha, donde la intensidad fue dispersándose y el tiempo atrapó los sentidos. 

Tras un mes y medio sin jugar por une lesión, el ingreso de Alexis Vega, figura emblemática y canterano de Toluca, fue probablemente el pico emocional del segundo tiempo. Sin embargo, sin fútbol en sus piernas, el seleccionado mexicano poco pudo hacer por hacerse presente en el marcador. 

El fin del partido, esperado por todos, desató un tiempo extra el mismo tono sin que ninguno pudiera imponerse y con los ánimos sucumbiendo ante los nervios. Entre calambres, gestos de cansancio y miradas perdidas, la gran final de la Liga MX cumplió con el deber del espectáculo cuando se confirmaron los penales. 

Una inolvidable tanda de penales

Con el aliento contenido, el país vio 24 penales pateados en 12 rondas, viendo disparar a todos los jugadores, incluidos a los dos arqueros que atajaron sus penales disparados entre sí. Pero como si se tratara de un guion previamente escrito, la atajada de Luis García a Ángel Correa, campeón del mundo con Argentina, le dejó abierto el camino a Alexis Vega en su regreso tras 45 días sin fútbol en sus piernas. 

De la mano de la clase que ha mostrado desde siempre, Vega cobró su segundo penal de la tanda de forma majestuosa y desató la locura en una grada que por fin pudo respirar de manera normal y con la boca bien abierta, y ya sin tratar de calmar el llanto brotando desde las gargantas apretadas. 

Toluca sigue viviendo una fiesta que comenzó hace seis meses y que, sin que nadie lo ponga en duda, tiene pensado extender todo el tiempo que haga falta, ahora que le han dejado claro a todos que el hambre del Diablo es insaciable.