Ante decenas de embajadores acreditados que ejercen actualmente en España como jefes de sus respectivas legaciones, el presidente de la RFEF ha correspondido con unas palabras de agradecimiento la recepción ofrecida por la embajadora de la República de Turquía, Nüket Küçükel Ezberci, a dos semanas del encuentro que juntará a ambas selecciones en Sevilla. ¿Por qué no unir la diplomacia deportiva -ha inquirido Rafael Louzán- en torno al fútbol para poder vernos y conocernos más? Ganar es bonito, pero es aún más bonita la amistad".
Nüket Küçükel Ezberci, quien ejerce desde hace más de dos años como embajadora de Turquía en España y fue recibida el pasado 15 de julio en la Ciudad del Fútbol, ha dado la bienvenida a los congregados resaltando "la importancia del fútbol como una herramienta muy útil para la diplomacia y la unión de los pueblos".

Durante su alocución, el presidente de la RFEF ha definido a Turquía y España "como dos países que comparten mucho más que historia y geografía. Compartimos también una manera apasionada de vivir el fútbol, de entender el esfuerzo, el orgullo y la emoción que este deporte genera".
Se da la circunstancia de que las selecciones de ambas naciones se encuentran actualmente a la cabeza de su grupo clasificatorio para el Mundial del próximo año y el partido del 18 de noviembre en La Cartuja de Sevilla terminará de establecer qué equipo logra el billete directo hacia la fase final y cuál de los dos deberá ganarse el pase en la repesca.

Ante esta situación, Rafael Louzán se ha mostrado seguro de que "de un modo u otro España y Turquía estaremos en la próxima Copa del Mundo porque ambos representamos dos grandes tradiciones futbolísticas y dos pasiones que se viven con el corazón. El fútbol tiene una fuerza enorme para construir puentes y para hacer visible lo mejor de cada país", ha concluido entre los aplausos de los asistentes.
