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El magnate del Tottenham esquiva la cárcel tras usar información privilegiada

Joe Lewis se cubre la cara.
Joe Lewis se cubre la cara.AFP

Joe Lewis evitó la prisión, aunque una juez de Nueva York le impuso tres años de libertad condicional y una multa de más de 4,5 millones de euros.

Jessica Clarke también impuso amplias restricciones a su empresa Broadbay, calificando el delito de "indudablemente grave", pero evitando que el empresario de 87 años pasara un tiempo entre rejas.

"Estoy hoy aquí porque cometí un terrible error. Estoy avergonzado, lo siento", dijo Joe Lewis en voz baja antes de la sentencia, tras su declaración de culpabilidad por suministrar información privilegiada a conocidos.

Lewis lucía un aspecto frágil en la sala, vestido con un traje gris y un parche en el ojo izquierdo. Estaba flanqueado por dos abogados que argumentaron que no debía ser encarcelado por su mal estado de salud y su inminente operación de la vista.

El multimillonario pidió clemencia, describió su educación en plena Segunda Guerra Mundial y prometió enmendarse "en el tiempo que me queda".

El magnate proporcionó a empleados, incluidos sus pilotos privados, y amantes información privilegiada durante años en un esquema "descarado" entre 2013 y 2021 que rastrilló millones de euros.

Sus consejos bursátiles incluían información confidencial sobre los próximos resultados favorables de las pruebas para las empresas bioquímicas, escuchó el tribunal de Manhattan.

"Vergüenza y humillación"

El tribunal escuchó que en 2019 Lewis prestó a sus dos pilotos 500.000 dólares a cada uno para que pudieran comprar acciones de Mirati Therapeutics antes de la publicación pública de los resultados clínicos.

Uno de los pilotos supuestamente envió un mensaje a un amigo para que comprara las acciones, diciéndole que pensaba que "el jefe tiene información privilegiada".

Según los informes, Lewis es uno de los hombres más ricos de Gran Bretaña, con una fortuna que Forbes cifra en unos 5.700 millones de euros, labrándose su reputación como especulador de divisas en los años ochenta y principios de los noventa.

Su holding ENIC compró en 2001 una participación mayoritaria en el Tottenham Hotspur a su entonces propietario, Alan Sugar, otro destacado empresario británico, por más de 20 millones de euros.

Lewis, prácticamente irreconocible.
Lewis, prácticamente irreconocible.AFP

Lewis cedió oficialmente el control del club el año pasado, según los registros financieros británicos, y su participación pasó formalmente a manos de un fideicomiso familiar.

Su hijo y su nieta, que escribieron una carta al juez pidiendo clemencia, le acompañaron al tribunal.

Su abogado, David Zornow, declaró ante el tribunal que el asunto había causado al octogenario "vergüenza y humillación" y "rebajado ante el mundo entero" al antiguo titán de la industria.

"La medida del hombre son las ocho décadas anteriores a estos desafortunados acontecimientos", dijo Zornow ante un tribunal abarrotado con vistas a los rascacielos de Manhattan.

Prometió que si Lewis se libraba de la cárcel, se autodeportaría a su refugio de las Bahamas, desde donde ha gestionado en secreto durante años su extenso imperio de inversiones.

El fiscal Jason Richman dijo que los delitos de Lewis eran "ofensivos para el concepto de un mercado abierto", pero que su delicada salud planteaba una situación única.