Esta entrevista forma parte de 'The Big Pete', un proyecto multimedia de Flashscore y CANAL+ Sport que se lanzará en la primavera de 2026.
Robert, ¿cómo se describiría como futbolista a los aficionados más jóvenes que no le vieron jugar?
"Si tuviera que definir mis cualidades, diría técnica, primer toque, pase y visión de juego. Quizá también elegancia. Nunca fui un jugador agresivo, no era mi carácter. Me gustaba jugar al fútbol de forma sencilla e inteligente.
En una ocasión citó a Bergkamp diciendo lo siguiente: 'El primer toque es la clave de todo, porque el fútbol es muy sencillo'. ¿Es el mejor consejo que ha recibido?
Sí, sin ninguna duda. Viniendo de Dennis Bergkamp, uno de los mejores jugadores del mundo, ese consejo significó mucho para mí. Cuando llegué al Arsenal en el 2000, me dijo que el fútbol es sencillo si tu primer toque es bueno. Y es verdad: con un buen primer toque, te sientes cómodo, puedes levantar la cabeza, ver a tus compañeros y tomar la mejor decisión. Para mí, ese consejo ha sido el mejor que he recibido.
¿Ese consejo cambió su forma de entrenar y de ver el fútbol?
"Totalmente. Aprendí mucho fútbol en Francia, pero aprender de Bergkamp fue algo especial. No quería copiarle, pero sí mejorar yo mismo. En cada entrenamiento intentaba hacerlo mejor: el control, el pase, el movimiento. Cuando juegas al fútbol de manera sencilla, como hacía Dennis, todo se vuelve más fácil.
"El fútbol inglés era más exigente"
¿La forma de trabajar de Arsene Wenger le facilitó esa transición?
Sí. Ese consejo de Bergkamp realmente cambió mi mentalidad, y Wenger también fue fundamental para mí. Los primeros seis meses en el Arsenal fueron muy duros. Cambié todo: país, idioma, táctica y compañeros. El fútbol inglés era más exigente, no solo en los partidos, también en los entrenamientos.
Recuerdo entrenar con jugadores como Tony Adams, Martin Keown, Lee Dixon y Ray Parlour. Una vez, Lee Dixon me dijo: 'No soy tu amigo, aquí entrenamos duro'. Esa mentalidad era muy diferente a la que conocía en Francia. Arsene me ayudó a adaptarme a todo eso.
¿El entorno y la calidad de los compañeros le ayudaron a descubrir capacidades que no sabía que tenía?
Por supuesto. Arsene Wenger construyó un equipo increíble, capaz de ganar la Premier League. Mantuvo un núcleo inglés fuerte, pero lo rodeó de jugadores extranjeros: franceses, españoles, neerlandeses, suecos, alemanes... Esa mezcla fue espectacular. La historia lo dice todo: los títulos en la 2003 y la 2004, y por supuesto la temporada de los Invencibles. Wenger no solo cambió al Arsenal, cambió la Premier League trayendo algo nuevo, sobre todo en la forma de jugar al fútbol.
Mirando atrás, ¿qué le dio a los Invencibles esa fortaleza mental tan impresionante?
Fue Arsene Wenger y el espíritu que creó. El compromiso lo era todo. Cada partido en la Premier League era duro. No solo contra Manchester United, Chelsea o Liverpool, sino sobre todo fuera de casa en campos como Bolton, Blackburn o Leeds. Esos eran los partidos que había que ganar para ser campeón. Arsene eligió jugadores con la mentalidad adecuada y formó un vestuario que creía en sí mismo. Por eso fuimos invictos, y por eso ese récord sigue vigente hoy.
"El Arsenal juega un fútbol excelente"
¿Quién fue el principal responsable de crear esa cultura ganadora en el vestuario?
Patrick Vieira, sin duda. Era el capitán y el líder. Se necesitan distintos tipos de líderes: técnicos como Dennis Bergkamp o Thierry Henry, pero Patrick lo tenía todo: liderazgo, honestidad y espíritu de lucha. Era francés, pero con mentalidad inglesa. Esa combinación fue clave.
¿Ve alguna similitud entre los Invencibles y el actual Arsenal?
El equipo actual tiene muy buena pinta y juega un fútbol excelente. No me gustan las comparaciones directas porque los Invencibles fueron un grupo especial, y este es un equipo diferente con un entrenador distinto. Pero soy optimista. Espero ver a Mikel Arteta levantar el trofeo con este equipo. Ese es mi sueño, y el de todos los aficionados del Arsenal.
¿Qué ha cambiado bajo la dirección de Arteta, en su opinión?
"Arteta ha cambiado cosas, sobre todo en la profundidad de la plantilla. La calidad en el banquillo es fundamental. El Arsenal ha invertido mucho en Viktor Gyökeres, y ha sido un movimiento clave. Si quieres ganar la Premier League, necesitas un delantero que marque goles de forma regular, pero que también ayude al equipo en los momentos difíciles.
¿Es Gyokeres la pieza que le faltaba al Arsenal para luchar por el título?
Sí, porque los goles son fundamentales, pero no se trata solo de marcar. Aporta algo diferente al equipo. Para mí, la gran diferencia de este Arsenal no es solo el once titular, sino la calidad que hay en el banquillo. Cuando los suplentes entran, pueden ayudar de inmediato. Eso es muy importante a lo largo de la temporada.
¿Cuán importante es la profundidad de plantilla al máximo nivel?
Es esencial. Cuando tienes opciones, puedes competir tanto en la Premier League como en la Champions League. Si tienes jugadores como (Gabriel) Martinelli en el banquillo, o (Leandro) Trossard como suplente, son opciones de mucho nivel. Pueden cambiar un partido. Para Mikel Arteta, esto es una gran noticia, porque tiene más posibilidades y soluciones.
"El entrenamiento era la clave"
¿Así que los aficionados del Arsenal tienen motivos para volver a ilusionarse?
"Sí, por supuesto. Ahora los aficionados pueden soñar. La temporada sigue siendo muy larga, y el fútbol siempre es complicado, pero el Arsenal está más concentrado, es más regular y mentalmente es más fuerte que antes. Esa es la mentalidad de los campeones.
Marcó goles de forma regular desde el centro del campo en la época de los Invencibles. ¿Estudiaba a los porteros o era algo instintivo?
Sinceramente, era instintivo. El fútbol es natural, pero el entrenamiento es fundamental. Cada mañana, sobre todo para los delanteros y jugadores ofensivos, hay que trabajar delante de la portería. Mi principal función era dar asistencias, pero si podía marcar, por supuesto, me alegraba. Siempre lo digo, incluso a mi hijo: si quieres ser futbolista profesional, los entrenamientos son lo más importante. Si trabajas bien en los entrenamientos, puedes hacerlo igual en los partidos.
¿Se quedaba después de los entrenamientos para mejorar la definición?
Sí, muchas veces. Después del entrenamiento del equipo, me quedaba con el tercer portero y practicaba el disparo. Lo hacía con Thierry Henry, Dennis Bergkamp, Robin van Persie... con todos. Cuando repites esas acciones en los entrenamientos, se vuelven instintivas en los partidos. Para mí, el entrenamiento era la clave.
"Un momento inolvidable en mi vida"
Una de sus asistencias más famosas fue en la final de la Euro 2000 para el gol de oro de David Trezeguet. ¿Qué recuerda de ese momento?
Fue un cambio muy extraño, la verdad. Entré tarde y sustituí a Bixente Lizarazu, que era lateral izquierdo. Pero quizá el entrenador tenía una corazonada. Cogí el balón, encaré a Cannavaro, lo superé en el uno contra uno y centré para David Trezeguet. Marcó un golazo. Para mí, se trataba de asumir la responsabilidad y el riesgo, y salió bien.
¿Qué sintió en los segundos después de crear un gol de oro en una final de Eurocopa?
Fue una sensación increíble. Cuando vi a David marcar, supe que se había acabado. Éramos campeones de Europa. El partido contra Italia fue muy duro, así que ganar de esa manera fue especial. Realmente no tengo palabras para describirlo.

Y después, casi de inmediato, fichó por el Arsenal…
Sí. Al día siguiente de la final, pasé el reconocimiento médico con el Arsenal. Al principio no celebré mucho, solo más tarde en París. Fueron 24 horas increíbles: campeón de Europa con Francia y al día siguiente firmando un contrato de cuatro años con el Arsenal. Un momento inolvidable en mi vida.
¿Fue ese el mejor verano de su vida?
Sí, después del Mundial de 1998. En la 1998 ganamos el Mundial y en la 2000, la Eurocopa. Tuve mucha suerte. Buenos momentos, buenos veranos.
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