Debe decidir entre quedarse en el club y pelear por minutos residuales, o buscar una salida para encontrar continuidad y mayor protagonismo.
Mainoo regresó a la pretemporada este verano con la actitud correcta. Personas cercanas al club lo describieron como un jugador despierto, concentrado y decidido a ganarse un sitio en el equipo de Ruben Amorim.
Sin embargo, tras dos partidos de la temporada, aún no ha pisado el campo. Para un futbolista considerado por muchos dentro del club como una de sus grandes promesas, esa ausencia resulta difícil de ignorar.
Cuesta entender por qué está en esta situación, especialmente cuando fuentes cercanas insisten en que el United sigue viéndolo como pieza clave de cara al futuro.
La idea a largo plazo era asegurar su continuidad con un nuevo contrato y prepararlo como el futuro relevo de Bruno Fernandes. El problema es que Fernandes no cede su puesto y el técnico Amorim no se atreve a dejarlo fuera del once.
Fernandes ha dejado mucho que desear en este inicio de temporada. Ante el Arsenal y el Fulham su rendimiento fue bajo. En Craven Cottage falló un penalti y perdió la concentración tras un leve choque con el árbitro.
A pesar de ello, ha jugado todos los minutos en ambos encuentros. Amorim ha reconocido que Fernandes y Mainoo compiten por el mismo puesto. Sobre el papel, eso podría ser alentador para Mainoo, pero en la práctica no se ha visto confianza en él cuando llegan las decisiones importantes.
Mainoo apunta a ser titular ante el Grimsby Town en la Carabao Cup esta semana, pero eso no le basta. El partido que realmente quiere disputar es el del fin de semana ante el Burnley.
Varios clubes de Inglaterra y del extranjero están atentos y listos para moverse si Mainoo da alguna señal de querer salir.
El Chelsea, el Tottenham, el Newcastle, el Aston Villa, el West Ham y el Everton ya han preguntado por él en el pasado. El United no lo está empujando a salir, pero fuentes internas reconocen que, si él fuerza la situación, será difícil retenerlo.
Uno de los problemas es que aún no tiene un rol definido en el sistema de Amorim. Algunos entrenadores lo ven como un ocho, otros como un diez, y otros lo imaginan más retrasado en el mediocampo. Esa falta de claridad le está frenando. Amorim reconoce su talento, pero ha dudado en construir el equipo a su alrededor mientras no tenga claro cuál es su posición ideal.
El United sigue insistiendo en que es posible un nuevo contrato, pero desde la perspectiva del jugador, la necesidad no es solo sentirse seguro, sino también saber cuál es su sitio en el equipo.
Con menos de una semana para el cierre del mercado, el tiempo apremia y debe tomar una decisión.
La sensación en Old Trafford es que están contentos de que se quede, pero hay un mercado lleno de pretendientes esperando la señal para hacer una oferta de última hora.
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