Tras haber conducido al Nápoles a su primer Scudetto desde los tiempos de Diego Armando Maradona, no era de extrañar que el nigeriano se hubiera convertido en uno de los atacantes más codiciados del planeta.
Sin embargo, en la era del Fair Play Financiero, y con la aplicación de las reglas de rentabilidad y sostenibilidad, los intentos de Osimhen y su agente por obtener el máximo valor económico de cualquier operación acabaron dejándoles con el agua al cuello.
El fichaje por el Chelsea el verano pasado parecía estar al alcance de la mano para un delantero que había logrado unos respetables, si no brillantes, 15 goles y tres asistencias en una temporada de 25 partidos, lastrada por las lesiones.
Después de haber marcado 26 tantos en 32 encuentros durante la campaña en la que se proclamó campeón de la Serie A, intentar asegurarse de seguir recibiendo grandes cantidades de dinero de los interesados un año después, cuando la forma y el olfato goleador habían decaído considerablemente, no era realmente la mejor idea.
Osimhen no tenía adónde ir hasta que el Galatasaray se interesó por él
Los Blues acabaron retirándose después de que las negociaciones se convirtieran en un embrollo, y sin ningún otro sitio adónde ir, el africano se salvó de una temporada en el banquillo gracias al interés del club otomano.
Su campaña 2024/25 en Turquía ha sido testigo de un notable retorno a la forma, con el jugador marcando 31 chicharros y dando seis asistencias en 34 partidos de Liga y Copa.
A pesar de que la Superliga no es la más fuerte, el nigeriano ha cumplido su papel con aplomo y, una vez más, se ha convertido en una codiciada propuesta.

El Al-Hilal saudí había acordado recientemente pagar su cláusula de rescisión, muy rebajada, de 75 millones de euros, además de ofrecer al jugador un abultado salario de 30 millones de euros por temporada.
Los informes apuntan a que el ariete ha rechazado de plano la oferta, ya que considera que sigue siendo lo bastante bueno como para competir con los grandes del fútbol europeo.
La liga saudí, de nuevo rechazada
Es la segunda vez que se rechaza su fichaje por la Liga Profesional Saudí.
"Osimhen no es un paquete al que haya que enviar lejos para hacer sitio a nuevos profetas. Victor fue elegido mejor futbolista africano del año y octavo en el Balón de Oro, aún le queda mucho por hacer en Europa", había declarado su exagente, Roberto Calenda, al término del curso 2023/24.
Otros posibles pretendientes tienen ahora la oportunidad de hacerse con un jugador del que también ha hablado recientemente el seleccionador nacional de Nigeria, Eric Chelle.
"Victor es, para mí, el mejor delantero del mundo", declaró. "Para él es difícil venir para este partido (internacional) porque ha jugado una temporada con mucha presión, agregó.
"La realidad es que hay un periodo de traspasos. Durante este tiempo, un jugador como él no está concentrado al 100%", expresó Chelle.
"Puede que un club como el Manchester United, el Chelsea, el Barcelona o el Real Madrid se interese por él. Así que tiene que centrarse en eso", continuó el técnico.
Trabajador con y sin balón
Un 60,3% de acierto en los tiros a puerta, unido a un alentador 31,3% de porcentaje de conversión de tiros, son la prueba de un jugador que ha vuelto a encontrar su forma justo en el momento adecuado, aunque un 66,6% de acierto en los pases es su peor dato de las últimas temporadas y deberá mejorar si quiere triunfar en un nuevo club.
Un aspecto de su juego del que quizás no se hable lo suficiente es el trabajo duro que realiza, tanto con el balón como sin él.

Por ejemplo, de los duelos individuales en los que ha participado, tanto aéreos como terrestres, ha ganado la mayoría (449 intentos, 254 con éxito).
Su fuerza en la parte superior del cuerpo es una de las características de su juego desde hace mucho tiempo y, a pesar de su complexión relativamente delgada, intentar quitarle el balón a Osimhen no es tan fácil como podría parecer a primera vista.
¿Por qué los clubes no hacen cola por Osimhen?
Con una xG de 24,3 también la temporada pasada, el delantero sigue siendo claramente alguien que sabe dónde está el gol, así que la pregunta es ¿por qué no hay una plétora de clubes haciendo cola por él?
¿Será que el paquete financiero completo sigue siendo demasiado prohibitivo? ¿Será que las dificultades en las negociaciones con el Nápoles han hecho que otros se lo piensen dos veces antes de tratar con quienes el periodista deportivo italiano Daniele Verri calificó de "gente muy testaruda"?

¿O es que, a pesar de su objetivo declarado de jugar en la Premier League, los clubes ingleses se muestran reticentes a apostarlo todo a causa de los anteriores problemas del jugador con las lesiones y su pérdida de forma al más alto nivel?
Tal vez se trate de una mezcla de ambas ideas.
Lo que sí parece claro a estas alturas es que el delantero no vestirá las camisetas del Galatasaray ni del Nápoles en la 2025/26, y cuanto antes se resuelva su situación, mejor para todos.
