A ambos equipos les valía la victoria para hacerse con el título, pero el empate a 1-1 no les convenía a ninguno de los dos, aunque sí les permite llegar en buena forma al último fin de semana de la temporada 2024/25.
El final podría ser apasionante, ya que ambos equipos suman 79 puntos y el Sporting es líder por diferencia de goles.
El Sporting se enfrenta al quinto clasificado, el Vitoria de Guimaraes, en el Estadio José Alvalade, mientras que el Benfica visita al cuarto, el Braga, y ninguno de los dos puede permitirse un paso en falso, so pena de ceder el título de la forma más agónica.
El hecho de que el Sporting esté en la conversación a estas alturas -y en el palco- debería considerarse un éxito en sí mismo.
Rúben Amorim iba a ser difícil de seguir
Cuando Ruben Amorim abandonó el club para fichar por el Manchester United en noviembre, no hubo duda de que la situación marcó un antes y un después.
¿Cómo no iba a ser así si el técnico, que entonces tenía 39 años, había ganado 12 de los 13 partidos que disputó en todas las competiciones en la campaña 24/25?
Eso le dio a Amorim un asombroso porcentaje de victorias del 92,3% en esa parte de su última temporada en el club, y cómo le gustaría al Manchester United tener algo cercano a eso en este momento.
Su todopoderoso equipo había marcado la magnífica cifra de 47 goles en esos partidos y sólo había encajado 11. Tras las once primeras jornadas de liga, aparte del primer fin de semana, el Sporting lideraba la tabla.
Tanto la forma de ganar como las victorias en sí hicieron que todo el mundo se fijase en él, sobre todo Pep Guardiola y el Manchester City, al que el equipo de Amorim derrotó por 4-1 en la Liga de Campeones sólo seis días antes de que él tomase las riendas de Old Trafford.
Viktor Gyokeres anotó un triplete en aquel partido, sólo unos días después de marcar cuatro tantos contra el Estrela Amadora, y si el nuevo entrenador sería capaz de obtener el mismo rendimiento del sueco era también una auténtica incógnita que encontraría respuesta en las semanas siguientes.
Nombrar a Joao Pereira fue un grave error, pero Rui Borges ha salvado la situación
Antes de que Rui Borges asumiera la responsabilidad de dirigir al primer equipo, el club experimentó con el entrenador del equipo B del Sporting, Joao Pereira.
Dos victorias y cuatro derrotas en ocho partidos, así como la sensación de que faltaba algo en el juego del Sporting, bastaron para que la jerarquía considerase que había cometido un grave error de juicio.
Además, el infructuoso paso de Pereira por el banquillo había permitido al Benfica adelantar a su máximo rival y situarse en lo más alto de la tabla.
Coincidentemente, el primer partido de Rui Borges al frente del equipo fue en el club que acababa de abandonar, y aunque el empate a 4-4 -que incluyó un gol del empate en el minuto 95 de Trincao, del Sporting, y otro triplete de Gyokeres- fue un festín para los entendidos en fútbol, es poco probable que Borges se llevase ninguna satisfacción.
Lo que sí hizo fue avisar a todo el mundo de que el equipo de Amorim volvería a hacer de las suyas.
Puede que al principio fuera un poco tosco, pero una vez que el seleccionador se puso las pilas, no hubo quien lo parara.
Tanto es así que, hasta la fecha, en todas las competiciones, tiene un más que aceptable porcentaje de victorias del 69,6%.
Además, desde la 17ª jornada de la Primeira Liga hasta el empate en Benfica de la 33ª jornada, el Sporting se ha mantenido en lo más alto de la tabla, salvo en la 28ª jornada, cuando empató 1-1 contra el Braga.
Rui Borges debe vencer a su antiguo club para conquistar el título de liga
Con los dioses del fútbol decretando que, para ganar el título, Rui Borges tiene que derrotar también al equipo que dejó para fichar por el Sporting, ya se está escribiendo un bonito relato antes del último partido de la temporada.
Sería una gran decepción caer en el último obstáculo, aunque 16 victorias y siete empates en 23 partidos al frente del equipo sugieren que el Vitoria necesitará una actuación increíble para aguar la fiesta del título del Sporting.
El hecho de que Borges siga invicto, con 50 goles a favor y sólo 19 en contra, es un síntoma de que puede continuar donde lo dejó Amorim.
Tal vez también sea importante saber que, al continuar el buen trabajo del ahora entrenador del Manchester United, Borges se habrá hecho un hueco en la psique de sus jugadores.
Es fácil sugerir que cualquiera puede llegar y entrenar a un equipo ganador, por supuesto, pero no funcionó con Joao Pereira y hay innumerables ejemplos más en toda Europa.
Los jugadores están respondiendo a Borges porque pueden ver y sentir que está hecho de buena pasta.
Lo que queda por ver es hasta qué punto pueden tener éxito él y su equipo, y si pueden mantenerse juntos al menos una temporada más...
