Intensa primera mitad
El XV de Francia tuvo el honor de clausurar la edición 2025 del Torneo de las Seis Naciones. Y como Les Bleus conocían los resultados de sus adversarios, sabían cuál era su misión: ganar, independientemente de la diferencia, con bonus o sin él. Todo ello en el Stade de France, contra Escocia, un rival imprevisible, pero en cualquier caso, los franceses, y más tras su demostración en Irlanda, eran los favoritos. Pero cuidado con la presión...
Y fueron los Bleus quienes ejercieron la presión, utilizando una táctica que les reportó tres puntos en el minuto tres. El equipo francés empezó a rascar y arañar, y dispuso de algunas ocasiones, pero no encontró el camino del ensayo. Los escoceses, por su parte, hicieron todo lo posible por marcar el ritmo, lo que provocó un comienzo de partido confuso, sin una dirección real, pero en cuanto Les Bleus volvieron a centrar el juego en la delantera, marcaron a sus rivales y provocaron la tarjeta amarilla de Jamie Ritchie.
Francia simplificó entonces su plan y recurrió al juego directo, hasta que Gaël Fickou encontró la brecha en la defensa, habilitando a dos zagueros para regalar a Yoram Moefana un ensayo fácil.
Pero cuando parecía que todo iba según lo previsto, Peato Mauvaka frenó en seco la dinámica con una brutalidad tan estúpida como innecesaria, y tuvo suerte de no recibir una roja directa, bastándole una simple amarilla. Sin embargo, Maxime Lucu estuvo a punto de marcar en un contraataque, y tres puntos más llegaron del pie de Thomas Ramos, que en esta ocasión se convirtió en el máximo goleador de la historia de Francia, borrando a Frédéric Michalak de los libros de récords.
Sin embargo, esto no cambió la tónica del partido. Los escoceses atacaron la línea en cada oportunidad, una estrategia que dio sus frutos a la media hora de juego, cuando Finn Russell abrió la puerta a la perfección para Darcy Graham, que irrumpió a través de la defensa para encarrilar a los suyos. Les Bleus sufrieron entonces las embestidas escocesas y acabaron acumulando más faltas, lo que le valió una amarilla a Jean-Baptiste Gros.
La bota de Ramos mantuvo a flote a los Bleus, pero en la última jugada, Blair Kinghorn sembró el pánico en la defensa, y un perfecto reverso envió a Tom Jordan al try, pero el vídeo salvó a los Bleus y les permitió irse con ventaja al descanso (16-13).
Segundo tiempo desigual
Sin embargo, aún quedaba mucho por hacer. Demasiados errores, demasiados placajes fallidos, pero el acierto estaba ahí. Tras una larga fase de posesión escocesa, un simple balón a tierra permitió a Romain Ntamack correr hacia la línea, antes de servir a Louis Bielle-Biarrey, que se convirtió en el segundo azul de la historia en marcar al menos un ensayo en cada partido del Seis Naciones (tras Philippe Bernat-Salles en 2000), además de igualar el récord de ensayos en una sola edición, que databa de hace un siglo.
Fabien Galthié alineó a casi todo su banquillo para lograr este resultado. Pero Les Bleus aún no estaban serenos, vieron cómo Finn Russell rasgaba la cortina defensiva para anotar tres puntos, y el ritmo del partido se aceleró de repente. Les Bleus estaban ansiosos por romper por fin el empate, pero temblaban como una hoja. Tuvo que ser Thomas Ramos quien, con un golpeo parado, rompiera el empate y diera por fin un respiro a los franceses.
Esta vez, los Bleus se liberaron por fin y tomaron la delantera. Poco a poco, los escoceses fueron recortando distancias, y en otra gran jugada del LBB, Moefana pasó por encima de Finn Russell para anotar el ensayo del punto extra, y el récord de ensayos en un solo torneo (30).
Escocia no se había rendido y seguía atacando en cada oportunidad. Pero la suerte estaba echada, la diferencia era demasiado grande. Galthié podía vaciar el banquillo, y sus jugadores tenían la oportunidad de aprovechar al máximo el final del partido. La presión mortal del principio del partido se había aliviado por fin, y aunque el marcador no se moviera.
Así pues, el XV francés se impuso por 35-16 y se proclamó campeón del Torneo de las Seis Naciones 2025. Fue un desenlace afortunado, porque los Bleus llevaban una hora jugando con una sensación de hundimiento en el estómago antes de marcar por fin. Tres años después, por fin han vuelto a la élite europea. Habrá que sacar muchas conclusiones, pero mientras tanto, los franceses pueden disfrutar de un título que podría marcar un punto de inflexión con vistas al Mundial de 2027.