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Rusia: el último rincón de los sueños europeos para el futbolista mexicano

César Montes
César MontesPhoto by Omar Vega / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP
A las seis de la mañana del 24 de febrero de 2024, todos los canales de televisión de Rusia interrumpieron sus señales para darle tiempo aire a un mensaje de Vladimir Putin, que provocó de inmediato un terremoto sociopolítico en Occidente al anunciar una “operación militar especial en Ucrania”.

Mientras el mundo veía como se creaba un nuevo conflicto bélico desde el despacho de líder ruso con el pretexto de “desmilitarizar y denazificar Ucrania”, y con una feroz respuesta de Estados Unidos para ayudar al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, con con ayudas multimillonarias en armamento, diversos daños colaterales se asentaban en torno al suceso. 

En medio de las calamidades que padecían personas de a pie en territorio ucraniano que tenían que desplazarse dejando atrás sus hogares por el terror de la guerra y de arrestos multitudinarios en Rusia de gente protestando por la guerra, Occidente comenzó un ataque político, social y económico contra todo lo que tuviera tintes rusos, incluido el fútbol. 

En una determinación histórica, la UEFA les prohibió a todos los equipos rusos participar de torneos continentales debido al conflicto. Así, la Champions League, la Europa League y la Conference League se quedaron sin la posibilidad de ver a un equipo grande de las grandes ligas europeas en canchas congeladas con futbolistas jugando con guantes y tratando de vencer al frío invernal. 

Además, como parte de otras sanciones internacionales, los extranjeros que ya vivían en Rusia se vieron imposibilitados de enviar o recibir dinero desde sus cuentas bancarias, mientras comenzaban a sufrir el día a día de un país que se aislaba del mundo, y con la amenaza constante de una escalada determinante en el conflicto de grandes y letales proporciones. 

Y, a pesar de todo este contexto en el que se podría considerar que ir a territorio de Putin a jugar fútbol era simplemente una locura, Rusia se convirtió de pronto en un refugio de resistencia para un par de futbolistas mexicanos que –contrario a la mentalidad de otros jugadores aztecas— no tienen ganas de quedarse en la comodidad de casa y sus grandes salarios, y prefieren no claudicar su más grande sueño de triunfar en Europa. 

Luis Chávez: sacrificio por encima de todo

Tenía cuatro años cuando su padre supo que había algo especial en él, gracias a una pelota. Desde esa tarde de 2000, Carlos Chávez no ha dejado de contar su asombro por aquella vez que vio a ese pequeño Luis de cuatro años patear tan fuerte esa redonde con su pierna izquierda. Y aunque supo que tenía una habilidad extraordinaria, Carlos no tuvo oportunidad de ver cómo su hijo las desarrollaba. Orillado por la precariedad, aquel hombre cruzó ilegalmente la frontera norte para buscar trabajo en California; pasarían más de 10 años sin ver a su familia.

La ausencia de su padre fue un golpe duro para Luis, pero al mismo tiempo fue el ejemplo más contundente de lo que se tenía que hacer en la vida. Si su papá podía sacrificarse en pos de los suyos, Luis haría lo mismo por el más grande de sus sueños: ser futbolista profesional.  Por eso, la historia de Luis Chávez está llena de increíbles episodios de ganas de triunfo: desde escabullirse en una precaria casa club para tratar de conseguir algo de comida, hasta alejarse miles de kilómetros de su natal Jalisco hasta Tijuana en busca de un espacio en Xolos, el equipo fronterizo en el que terminaría debutando. 

Pero, consciente de que tanto sacrificio no ameritaba conformarse jamás, Luis supo que había que jugársela por el siguiente paso. Consolidado en selección, siendo una de las pocas luces en la oscuridad que representó Catar 2022 para México, no aceptó una renovación con Pachuca y se las ingenió para pagar su cláusula de salida y fichar por el Dínamo de Moscú. 

Mientras la prensa y la afición cuestionaban su decisión, dejando atrás millonarias ofertas de clubes mexicanos, Luis anunció su traspaso a la capital rusa por medio de un video de geolocalización en Instagram. Su firma en el contrato por cuatro años, su mudanza con su novia y sus perros, fueron suficiente prueba para dejar clara su intención de quedarse mucho tiempo en Rusia, y nunca renunciar al sueño de triunfar en el viejo continente. 

César Montes: prohibido quedarse en la zona de confort

Casi desde su debut, todos en México supieron que César Montes era material de exportación europea. El defensa central sonorense mostró tantas cualidades que se ganó un lugar en Rayados de Monterrey, un equipo que ficha a destajo y sin problema talento de otros países para formar su plantilla. En la actualidad, los españoles Sergio Canales y Oliver Torres juegan allí. Y aunque Rayados compró defensas centrales, Montes jamás se achicó ante la posibilidad de competir, sobre todo tras vivir distintos tropiezos en su adolescencia que lo llevaron a pensar si realmente iba poder ser profesional. No obstante, su talento era tal que a los 17 años le llenó el ojo a Antonio ‘Turco’ Mohamed, quien lo aceptó como uno de sus jugadores en el primer equipo. 

Desde entonces, la carrera de Montes ha ido en franco ascenso y si no emigró antes a Europa fue porque estaba en un club cómodo que lo llenó a manos llenas de dinero y del cariño de una gente fervorosa. Sin embargo, justo cuando el tren de Europa para un extracomunitario se le iba pasando, el defensa tomó el hambre de su pasión y rechazó la última renovación a los 25 años para cumplir su sueño de jugar en Europa. 

No obstante, la carrera de Montes no pudo consolidarse en España, ni con el Espanyol de Barcelona ni en el Almeria, el futbolista mexicano rechazó ofertas millonarias de México para repatriarlo, gracias a su deseo por triunfar a toda costa en Europa, pero también por el consejo de un viejo lobo de mar. 

Javier Aguirre, flamante nuevo entrenador de la selección mexicana, tuvo una charla con Montes y no dudó en recomendarle en dejar atrás cualquier intento nacional por tenerlo entre sus plantillas. Consciente de la falta de roce de los futbolistas nacionales, el ‘Vasco’ apoyó tanto la idea de fichar por el Lokomotiv que desactivó a Montes en plena convocatoria del Tri para que pudiera firmar con el equipo ruso. México vive sus horas más flacas de talento en los últimos 20 años. Y no, no se debe a que no haya buena materia prima, sino porque no termina de desarrollarse por completo en la más alta competencia. En una liga inflada de dinero, sin descenso y con premio a la mediocridad gracias a su sistema tipo playoffs, las historias de Chávez y Montes inspiran.

Aguirre y la afición saben que quedaron muy atrás los días en los que clubes de ligas importantes de Europa se fijaban en los mexicanos de la liga doméstica. Por eso, a pesar del contexto bélico y de sanciones sociopolíticas, ver a dos baluartes de la alicaída selección jugando en Rusia es un oasis futbolero y la esperanza de que el hambre por trascender vuelva a ser prioridad para el futbolista nacional, por encima de todo.