La ucraniana, décima cabeza de serie, perdió en cuartos de final del torneo WTA de Montreal contra Naomi Osaka, cuatro veces campeona de Grand Slam, por 6-2, 6-2, y posteriormente denunció los insultos dirigidos a ella y a su familia.
Los tenistas, como muchos deportistas, tienen que lidiar a menudo con la ira de los apostadores en Internet a pesar de los esfuerzos de las autoridades por atajar el problema con medidas que incluyen el bloqueo de cuentas en las redes sociales.
"A todos los apostadores: Soy madre antes que atleta", escribió Svitolina, de 30 años, en una historia de Instagram en la que adjuntó capturas de pantalla de los mensajes que incluían amenazas de muerte.
"La forma en que habláis a las mujeres -a las madres- es VERGONZOSA. Si vuestras madres vieran vuestros mensajes, les daría asco".
Algunos de los mensajes insultantes que compartió Svitolina hacían referencia a la guerra que se está librando en su país tras la invasión rusa.
Un estudio realizado por algunos de los distintos órganos rectores del tenis afirmó que los apostadores enfadados fueron responsables de casi la mitad de todos los insultos que se dirigieron a los jugadores en las redes sociales el año pasado.
La francesa Caroline Garcia declaró tras su derrota en el Abierto de Estados Unidos del año pasado que las "apuestas malsanas" eran una de las principales razones por las que se atacaba a los jugadores, y apuntó a las plataformas de las redes sociales por no hacer lo suficiente para filtrar los insultos.
La jugadora había dicho que eso perjudicaba a las jugadoras, sobre todo después de duras derrotas, cuando quedaban "destruidas emocionalmente", y se preocupaba por cómo afectaría a las jugadoras más jóvenes.
Reuters se ha puesto en contacto con la WTA para recabar comentarios y detalles sobre sus últimos esfuerzos para combatir el problema.
El marido de Svitolina y compañero de profesión Gael Monfils había respondido con humor a los apostadores después de una derrota temprana en Stuttgart este año, con el jugador de 38 años diciendo que estaba sorprendido de que la gente siguiera apostando por él para ganar contra oponentes mucho más jóvenes.