Que este tenista murciano no parece tener límites es ya una evidencia, y buena prueba de este 'facto' (como dicen los jóvenes de su edad) es lo ocurrido durante la jornada del viernes. Venía de pasar por encima de un italiano y volvió a hacer lo mismo para garantizar, y por la puerta grande, su continuidad en el US Open.
Lo de la manga inaugural fue un auténtico paseo. Ni siquiera el cambio de raquetas le sirvió a un frustrado Darderi que se mostró bastante resignado y frustrado. Sus esfuerzos resultaron en vano, pues caía por 0-3 en apenas unos minutos y ni siquiera pudo soñar con recortar distancias en el marcador. El 2-6 definitivo confirmó la superioridad de Alcaraz.
El segundo set parecía tener un guion similar, aunque lo cierto es que Luciano se animó: opción de quiebre con 1-3 en contra y break confirmado que le hizo colocar el 3-4. Todo eso coincidió con unas molestias del jugador de El Palmar en el bíceps femoral de su pierna derecha, lo que le obligó a pedir la asistencia del fisio. A la vuelta, una doble falta del rival puso el 4-6.
Después de esa circunstancia, en la que el público llegó a soñar con un encuentro algo más animado -o, en el peor de los casos, una lesión de Carlos-, la pista se convirtió en un elevado muro de hormigón para el 34º del mundo. Ya sin esperanzas de remontar, el bonaerense hincó la rodilla de forma definitiva (0-6).