Carlos Alcaraz aspira a volver al número uno del mundo, pero sin cálculos ni obsesiones. Tras la decepción de Wimbledon, recuperó la sonrisa en Madrid durante la presentación de su nuevo patrocinador, que se suma a una ya rica cartera y le confirma, junto a Sinner, entre los rostros más codiciados del tenis mundial.
Tras unos días de relax en Murcia entre mar, familia y veladas despreocupadas, y en tierras gaditanas, está listo para volver a empezar: se saltará Toronto, el duelo con Sinner se reanudará en Cincinnati. Antes atendió a La Gazzetta dello Sport.
¿Preparado para recuperar el número uno, con menos puntos que defender que Sinner?
"Sí, estoy preparado. El año pasado, después de los Juegos Olímpicos, me costó expresarme y no conseguí mucho. Así que a partir de ahora no tendré tantos puntos que defender hasta el final de la temporada. Daré lo mejor de mí en los próximos torneos para ganar lo máximo posible. Sé que a Sinner no le importa tener muchos puntos que defender, es un gran luchador que siempre juega para ganar y no deja que eso le afecte. Pero estoy listo para el reto, ahora mismo mi primer objetivo es recuperar la primera posición en el ranking. Ahora me estoy preparando para los torneos americanos, para llegar en plena forma al US Open".
¿Qué importancia tiene la rivalidad con Sinner para el tenis post-Big Three?
"Es algo muy bueno para nuestro deporte, porque atrae a la gente a ver tenis y a jugarlo. Nuestros desafíos, como los últimos de Roland Garros y Wimbledon, son siempre muy esperados. Cuantos más partidos juguemos entre nosotros, más gente participará en este deporte. También porque cada vez que nos enfrentamos, ambos superamos nuestros límites".
¿Seguirán siendo amigas a pesar de la rivalidad?
"El tenis es un deporte especial que te permite ser grandes rivales en la pista y al mismo tiempo respetarte. Sinner y yo somos buenos amigos, podemos hablar de muchas cosas fuera de la pista. Le tengo un gran respeto, es una buena persona, estoy seguro de que siempre podremos mantener esta relación".
¿Qué nota le pone a su temporada hasta ahora?
"Debo decir que la temporada ha ido muy bien. He hecho grandes cosas, he logrado muchos de los objetivos que me propuse a principios de año, así que estoy contento con todo lo que he hecho en la pista hasta ahora y espero seguir así el resto del año".
¿Fue Roland Garros el punto culminante?
"A menudo pienso en ello y todavía no sé cómo conseguí darle la vuelta a aquel partido. La verdad es que en el deporte, pero no sólo en el deporte, hay que seguir creyendo en ello, creer hasta el final. El tenis es un camino largo y exigente, y estás completamente solo con tus pensamientos. Así que la clave, en la final de Roland Garros contra Jannik, fue esa: pensar que puedes ganar el partido, incluso en los momentos más difíciles, sin dejarte abatir".
Y después de Wimbledon, ¿cómo se sintió?
"Eso es lo que realmente pensé en ese momento. Jannik estuvo extraordinario. Di lo que pude y, en cualquier caso, estoy contento por cómo llegué".
La diversión como clave para hacer frente a la presión: ¿funciona?
"Para mí sí. Todo depende del enfoque mental. Para mí todo consiste en jugar al tenis, así que no pienso en nada más. Cada vez que tengo que afrontar un partido, simplemente me recuerdo a mí mismo que este es mi sueño y es lo que siempre he querido hacer desde que era un niño. Es la manera más fácil de manejar toda la presión. Me concentro en el partido, y con eso basta".
¿Te sigue ayudando el entrenador mental?
"Sí, lo tengo desde hace unos cinco años, y me ayuda mucho. Realmente noto la diferencia con el pasado. Porque a veces tengo pensamientos negativos, pero ella me ayuda a lidiar con ellos. Me ha dado consejos sobre cómo lidiar con el estrés del juego, y he mejorado mucho. Como he dicho, todo está en la cabeza. Pero no es sólo mental: también depende del partido, de cómo lo afrontes, de todo".
¿Cómo afronta las críticas, sobre todo después de Wimbledon?
"Intento no pensar demasiado en ello, porque hubo un tiempo en el que dejé que las críticas me afectaran de verdad, y fue una época muy difícil. Así que ahora intento no dar demasiada importancia a ciertas palabras que se dicen. Luego, con los años, me he dado cuenta de que cada pequeño paso cuenta y que también se puede aprender de las derrotas. No hace falta ser un fenómeno todos los días, lo importante es ser constante y esforzarse por mejorar. Siempre".