Dos veces campeón del mundo indiscutible de los pesos superligero y welter, Terence "Bud" Crawford podría convertirse en el primer boxeador masculino que ha ostentado los 4 principales cinturones (CMB, AMB, OMB y FIB) en tres divisiones de peso. ¿La condición? Subir dos categorías y vencer a Saúl "Canelo" Álvarez, rey de los supermedianos. Todo un reto para el de Omaha (Nebraska), que dentro de quince días cumplirá 38 años.
Tras una serie de combates insípidos, el mexicano (63, de ellos 39 KO-2-2) era el favorito frente al invicto estadounidense (41, de ellos 31 KO-0-0), pero también tenía todas las de perder sobre el ring del Allegiant Stadium de Las Vegas. Poder contra maestría: ¿quién saldría victorioso de este duelo diseñado para restaurar la reputación del Noble Arte, que estaba perdiendo terreno frente a la UFC de Dana White, uno de los promotores de esta superpelea?
Pues bien, fue Crawford, al término de una demostración sin precedentes.
Crawford impone su táctica
Tras un asalto de observación en el que Crawford fue capaz de encadenar un izquierda-derecha, el escenario estaba preparado: Canelo buscaba acortar distancias mientras Bud confiaba en su ojo y su velocidad para picar al mexicano. Se intercambiaron pocos golpes, con Álvarez tenso y receloso, sobre todo cuando su rival tejía su telaraña. Al comienzo del cuarto asalto, Crawford golpeó varias veces a Canelo en el primer intercambio real entre los dos hombres. Aunque el estadounidense se llevó un brazo a la espalda, fue Crawford quien dominó el primer tercio de la pelea y tomó la delantera en las tarjetas de puntuación.
Aunque Álvarez adaptó su estrategia intentando desequilibrarse, seguía siendo Crawford el que volaba como un mosquito, picando con su jab de brazo delantero y continuando jugando con los nervios de su rival, al que volvió a pillar desprevenido al inicio del sexto asalto. Bud incluso se permitió sacar la lengua tras asestar un golpe limpio y duro. A mitad del combate, Crawford llevaba al menos dos asaltos de ventaja.
Una lección
La dulce ciencia de Crawford fue demasiado fina para Canelo, que se mostró demasiado lento para contrarrestar la velocidad de movimientos de Bud, boxeando de puntillas, imponiendo su ritmo y esperando aperturas para castigar a su rival. Álvarez estaba fuera de ritmo y sólo un nocaut podía salvarlo en el noveno asalto.
Pero fue Crawford quien, en los primeros 30 segundos, arrolló a Canelo con certeros golpes y quien tuvo un oportuno tapón tras un cabezazo que sacó lo mejor del arco del estadounidense. El riesgo ahora para Bud era dejarse llevar y meterse por el carril preferido de Álvarez.
Como ocurrió ante Floyd Mayweather en 2013 y Dmitrii Bivol en 2022, las opciones estratégicas de Canelo parecían muy limitadas ante boxeadores extremadamente inteligentes y capaces de combinar el juego de pies con la potencia. Al final, nada cambió realmente y esta vez ya no tenía la excusa de la juventud o la inexperiencia en el peso semipesado. En su reino, estaba siendo saqueado por Crawford, que le abría de par en par las puertas del Salón de la Fama del boxeo.
El final del combate fue una cruz para el mexicano, seco por una izquierda a la cara en el undécimo asalto, y sacudido una última vez en el duodécimo.
La decisión de los jueces fue unánime, pero especialmente benévola -por decirlo suavemente- para Canelo, que se vio superado por Crawford: 116-112, 115-113, 115-113.
Si espera vencer al estadounidense en la revancha, Álvarez tendrá que hacer cambios en su esquina, una vez más superada cuando la pelea no va a su favor.