"Yo no soy Mondo (Armand Duplantis, el plusmarquista mundial de salto con pértiga), solo soy una chica de pueblo. Sigo viviendo donde siempre. No me he ido a un centro de alto rendimiento, aunque allí tendría más recursos. Pero soy feliz así. La felicidad está por encima y soy feliz teniendo cerca a mi familia y mis amigos", contó Pérez, que ya había conseguido el doblete 20-35 kilómetros en el pasado Mundial, hace dos años en Budapest.
"No doy el espectáculo que da Mondo, pero sí transmito el mensaje de que la marcha puede ser atractiva y debe estar en los grandes campeonato", señaló.
María Pérez reveló que después de su triunfo en los 35 kilómetros terminó con problemas físicos y que llegaba a los 20 km con dolor en la pelvis y tras una pubalgia aguda.
"No soy imbatible. He sido la que mejor se ha adaptado a las circunstancias, pero no soy imbatible", afirmó.
En el horizonte, la atleta andaluza sigue teniendo los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, donde en principio pondría fin a su carrera.
Champán y karaoke
Después de ganar la plata olímpica en París 2024 en 20 kilómetros y colgarse el oro junto a Álvaro Martín en el relevo mixto por equipos, el sueño de la marchadora granadina es poder lograr en 2028 un oro olímpico individual.
"Valoro mucho el oro olímpico que tengo, pero es cierto que mi sueño es un oro olímpico individual. De niña soñaba con ser campeona olímpica y en mis primeros Juegos Olímpicos vine hace cuatro años a Japón y fui cuarta. Ahora me voy de Tokio feliz por estos dos oros mundiales", sonrió.
Tiene previsto volar de regreso a España el domingo, pero antes piensa festejarlo a lo grande en Tokio.
"Me voy a ir esta noche al barrio de Shibuya, voy a cenar sushi con Antonella (Palmisano, la marchadora italiana con la que entrena) y vamos a ver cómo es Shibuya, (además de) un poco de karaoke. Y tengo una botella de champán que me lleva esperando los 16 días que llevo aquí", reveló.